Agustín Baillon,
canario, aunque de origen inglés, quiso dar una sorpresa a los turistas que visitan El Puerto de la Cruz, principal ciudad hotelera de Tenerife, el mismo día en que se celebraba la llamada boda del siglo en la londinense catedral de San Pablo. Para ello copió una idea que había aprendido recientemente en las calles de la capital inglesa: recorrió la ciudad turística de Tenerife en su blanco Rolls Royce, vestido con uniforme de gala, dando la sensación de que paseaba a los nuevos príncipes de Gales. El efecto de su representación estaba en los cristales laterales traseros del coche, donde, con rostro sonriente, Carlos y ladi Di saludaban moviendo una mano a la gente que se detenía a mirarles. Bailion había pegado con mucho cuidado los rostros de los príncipes reproducidos en cartón a tamaño natural, tal y como lo había visto en varias ocasiones por las calles de Londres. La gente mostró gran curiosidad al paso del coche, y Baillon, que tiene 61 años de edad y sirvió en el Ejército británico durante la segunda guerra mundial, llegó a pensar que algunas personas habían mordido el anzuelo.
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