Fernández Posse
Leo todos los días, con agradecimiento, EL PAIS; también me cuento entre los que han leído un par de libros suyos y oído y visto en radio y televisión. Me resulta facilísimo entenderle, de ahí mi agradecimiento.Nací el 24 de diciembre de 1939, en La Coruña. Mi padre era oficial militar y justo al año nos fuimos todos a Tetuán, donde, el 7 de febrero de 1944, falleció de tuberculosis. El, mi padre, era como yo, cántabro o montañés, y creo, porque nadie me ha dicho nunca nada, que fue en vida monárquico y militar. Jamás, ni mis hermanos ni yo hemos empleado su nombre (yo sí porque me llamo igual) absolutamente para nada, ni pensamos hacerlo.
Quiero resumir, refiriéndome a la ofrenda al apóstol Santiago hecha por el capitán general de Galicia. No veo actualmente en España a nadie con uniforme que tenga que decirme lo que he de hacer, mucho menos qué pensar, mas yo sí puedo hacerlo, porque ese uniforme de soldado a general lo estoy pagando yo.
Al capitán general de Galicia le diría que esa ofrenda vaya a hacerla a Tetuán, donde creo estarán los restos de mi padre, de mi buen padre. /