_
_
_
_
Reportaje:

El 60% de la cocaína que se consume en Europa se distribuye desde Madrid

Las nuevas rutas del tráfico internacional de cocaína tienen como principal escala de tránsito hacia Europa la capital española. Según estimaciones de Interpol, el 60% de la cocaína, procedente de Bolivia y Perú, principales países productores de esta droga, suele distribuirse por Europa a través de una escala en Madrid -en algunos casos, Lisboa-, lugares donde el consumo y tráfico de la misma ha llegado a triplicarse en los dos últimos años.

El decomisamiento de cocaína ha pasado en España de catorce kilos en 1978 a 58 kilos en 1980, lo que bate todos los récord con relación a cualquier país europeo, teniendo en cuenta además que según precisan fuentes policiales, sólo se detecta el 10% de la droga que se trafica. Los beneficios alcanzados anualmente por los países productores de coca ascienden a más de 2.000 millones de dólares (195.000 millones de pesetas), según estimó la Comisión Internacional de Control de Narcóticos, reunida en Viena el pasado año.Las oficinas de Interpol en París fueron sede de unas reuniones mantenidas el pasado mes de abril por las policías de diversos países europeos para tratar exclusivamente el tema del tráfico y consumo de cocaína, ante su vertiginoso aumento. En España, según las consultas realizadas por este periódico al jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, Florentino Gómez Mesa, el consumo de cocaína ha sufrido un considerable aumento en los últimos dos años, mientras el problema del tráfico es aún mayor, ya que las grandes ciudades españolas -ahora especialmente Madrid- desempeñan un importante papel en el tráfico internacional de cocaína. Son, por un lado, escalas para la posterior distribución de la coca en Europa, y además, destino para el suministro en España.

Durante 1980, los funcionarios de la Brigada Central de Estupefacientes detuvieron a 9.166 correos (traficantes de cocaína), y en la época comprendida entre 1975 y 1979 el número de aprehendidos por esta misma causa se incrementó en 6.000. Asimismo, según datos facilitados por la citada brigada, el 3% del total de droga decomisada en el año pasado -el 75%, cannabis- era cocaína, de la cual un 60% estaba destinado al tráfico hacia Europa y, el 30% era para consumo propio de españoles. De todas maneras, todos los expertos en drogas coincidían en que los beneficios derivados del tráfico de coca habían desplazado considerablemente a los del cannabis.

Por lo que se refiere a la posibilidad de que existieran en la costa levantina laboratorios para transformar la pasta de coca en clorhidrato de cocaína, Florentino Gómez Mesa manifestó a este periódico que tales hechos no se habían detectado hasta el momento, "lo que no quiere decir que no puedan existir".

El tráfico internacional de esta droga dura últimamente suele mantener su principal escala en Madrid, aunque estas rutas varían periódicamente. Hace unos seis meses, también eran utilizados los aeropuertos de Barcelona y Tenerife o, por motivos de seguridad de la organización, los correos llegaban a Lisboa y, desde allí intentaban el paso a España por tren o automóvil, de tal forma que en el aeropuerto de Madrid no se detectara la llegada de peruanos, bolivianos o argentinos, súbditos que infunden generalmente muchas sospechas a la Policía española.

El "correo", pieza clave de la "organización"

Las organizaciones que se dedican al tráfico internacional de la cocaína tienen, bajo una infraestructura perfectamente engrasada -generalmente su sede está en los países productores e importantes-, sucursales en los países de destino. Fundamentalmente, en cada lugar de llegada hay un responsable de la organización que dirige los principales movimientos de los correos. Por un lado, puede recoger la droga enviada o, mediante claves secretas, señalar al traficante la nueva ruta a seguir.De todas formas, la pieza clave de la organización es el correo, quien llevan la parte más arriesgada del trabajo, motivo por el cual la organización asegura a éste y a su familia una protección especial: rápida salida de la cárcel, en caso de detención, pagos de fianzas, provisión de nuevos documentos de identidad falsificados, dinero para los familiares, etc. El contrato asegura perfectamente al trabajador.

Este seguro de trabajo es el motivo fundamental por el que la gran cantidad de correos detenidos anualmente por la policía vuelven a estar en la calle al cabo de varias semanas provistos de nueva documentación. Las redes de traficantes nacen con una frecuencia alarmante, a pesar del gran número de detenciones practicadas por la policía, ya que el negocio de la coca puede asegurarle una fastuosa vida al correo durante el resto de sus días, si consigue unos buenos golpes.

Florentino Gómez Mesa manifestaba a este periódico que el negocio del tráfico de la coca suele llevar a muchos jóvenes a arriesgarse por ciertas cantidades de dinero, y esto lleva a la detención, en muchas ocasiones, de grupos de cuatro o cinco personas que suelen ser aficionados y no pertenecen a las grandes multinacionales de la droga. De todas maneras, el jefe de la Brigada Central de Estupefacientes señalaba que la policía, además de detener a pequeños traficantes, busca constantemente a las figuras importantes del tráfico para desmantelar la organización, motivo por el que existe una gran colaboración entre las policías de diferentes países.

Una planta de cinco cosechas por año

El cultivo y la producción de la hoja de coca existe en la región andina de Perú, en Bolivia y, en menor medida, en Ecuador y Colombia. Próximas a las zonas de cultivo existen primitivas instalaciones para transformar la hoja de coca en pasta, y ésta, a su vez, en hidrocloruro y clorhidrato de cocaína. Los principales centros de materias primas son Bolivia y Perú, mientras Colombia parece ser el más importante país transformador de esta droga.Los expertos en la materia manifestaron a este periódico que la hoja de coca procede de un pequeño arbusto que crece abundantemente en las selvas de Bolivia y Perú y suele dar alrededor de cinco cosechas al año, lo que constituye un gran obstáculo para que las autoridades acaben con la producción de esta planta.

Las organizaciones dedicadas a este tráfico compran la pasta de coca en Bolivia o Perú, y luego, ésta es procesada en laboratorios clandestinos para obtener el clorhidrato de cocaína, apto para el consumo. Para producir un kilogramo de pasta son necesarios 125 kilos de hojas de coca, cuyo cultivo es legal en Bolivia, donde se producen cerca de 40.000 toneladas anuales de estas hojas.

Una idea de las enormes ganancias de este mercado es el hecho de que los traficantes compran un kilo de pasta por 400.000 pesetas y, una vez procesada, lo venden por cuatro millonees de pesetas.

Actualmente, el precio del gramo de cocaína al consumidor de calle varía entre las 7.000 y las 10.000 pesetas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_