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Alarma en Majadahonda por el mal olor y mal sabor del agua de consumo

La alarma cundió entre la población de Majadahonda a mediados de la semana pasada, cuando sus habitantes notaron que el agua destinada al consumo doméstico ofrecía un sabor y olor muy desagradables, hasta el punto que comenzaron los rumores, cada vez más insistentes, de que estaba contaminada. La misma situación se produjo en las localidades cercanas de Las Rozas y Valdemorillo, aunque no se dejó sentir la misma sensación de inquietud.

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El Canal de Isabel II, la Delegación Territorial del Ministerio de Sanidad y el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición de Majadahonda realizaron ayer una serie de análisis, de los que aún no se conoce el resultado, destinados a averiguar la causa de las anómalas características del líquido. El primero de los tres organismos citados ha anunciado ya que, en cualquier caso, el agua es perfectamente potable y no supone peligro .El alcalde de Majadahonda, el socialista Francisco Vera, declaró ayer que los primeros avisos le llegaron por parte de sus propios vecinos, el viernes de la semana pasada, referidos al mal sabor y olor desagradable del agua que salía de los grifos. Durante el fin de semana la situación se agravó. "Comenzó a cundir", añadió el alcalde, "una cierta sensación de alarma entre los vecinos, muy sensibilizados hacia todo lo que pueda suponer contaminación de los alimentos y cosas similares. La gente nos paraba por la calle para preguntarnos a qué podía deberse. Decidimos, pues, avisar al Canal de Isabel II y a Sanidad para que tomaran muestras del agua y las analizaran. Mientras no llegue el resultado de los análisis, se ha recomendado a la población que no la consuma. No creemos que esté contaminada, pero preferimos mostrarnos prudentes."

Agotada el agua mineral

Ayer se habían agotado las existencias de agua mineral en Majadahonda. Los rumores sobre los motivos de la mala calidad del agua se habían disparado, y el más extendido mencionaba que podía deberse al vertido en el embalse de Valmayor, de donde se abastacen de agua los pueblos de la zona, productos destinados a impedir la formación de algas. Se habló incluso de que el agua del embalse estaba contaminada por la acción de pesticidas.Todos los rumores han sido tajantemente desmentidos por el jefe de producción del Canal de Isabel II, señor Vigueras, quien afirmó ayer que las muestras tomadas demostraban que al agua es perfectamente potable, aunque aún se desconocen las causas de su mal sabor. El señor Vigueras declaró que el problema estaba limitado a la zona de Majadahonda: "En Pozuelo de Alarcón, contra lo que se dijo en un principio, no se ha detectado nada. Se han visitado otros pueblos para tomar muestras del agua y analizarlas. Lo que sí puedo afirmar desde ahora es que los rumores sobre los pesticidas son falsos. El Canal sólo trata el agua con cloro y amoniaco, para procurar su esterilización, y con compuestos de sulfatos, para su limpieza. Puede que haya habido un exceso de cloro, que, con el calor, haya producido una reacción que origine el mal olor y sabor detectados (a las 13.30 horas de ayer, los análisis de cloración arrojaron los porcentajes habituales), pero aún no se ha comprobado nada y es mejor esperar el resultado de los análisis. Quiero hacer hincapié en que comprendemos las prevenciones de la población sobre aquello que pueda afectar a su salud, pero el agua es potable y, aparte de lo desagradable que pueda ser su consumo, no ofrece ningún peligro".

Esa comprensión puede explicar que ningún organismo haya desautorizado el bando del alcalde de Majadahonda en el sentido de que la población no utilice el agua.

Majadahonda, Valdemorillo y Las Rozas, los tres pueblos afectados, reciben el agua de consumo doméstico del embalse de Valmayor. El embalse presentaba ayer un aspecto poco atrayente. Apenas sí está al 30% de su capacidad, la superficie del agua muestra una gran cantidad de algas concentradas en sus orillas y despide un olor molesto que recuerda en cierta forma al de los productos insecticidas. El embalse recibe el caudal de los ríos Aulencia y Guadarrama. Este último, no de forma directa, sino mediante un trasvase, por lo que, cuando las aguas del Guadarrama presentan un índice de contaminación peligrosa, corno sucede este verano, se cierra la comunicación entre ambos. Sin embargo, el Aulencia vierte forzosamente en la presa sus aguas, contaminadas por los residuos que recibe de una parte de San Lorenzo de El Escorial. Actualmente, el Aulencia apenas sí tiene caudal, por lo que al quedar embalsado se origina un cierto grado de estancamiento, por la lenta renovación del agua, lo que a su vez provoca la proliferación de algas.

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