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Segura de Luna sigue al frente del baloncesto

Ernesto Segura de Luna seguirá al frente de la Federación Española de Baloncesto, al menos hasta que el juzgado no disponga lo contrario, a la vista de la impugnación hecha por José Antonio Gasca de las elecciones que se celebraron ayer por la mañana en las instalaciones del Cuartel de la Montaña. El resultado arrojó una abultada victoria del actual presidente. Segura de Luna obtuvo 81 votos; José Antonio Gasca, siete, y hubo cinco en blanco. Se emitieron 93 de los 94 votos posibles. Tan sólo faltó la Federación de Soria y, pese a que se presumía el resultado, hubo una gran expectación.

No hubo consenso como pretendía la española y, pese a ser un 25 de julio, ese poder establecido se vio obligado a citar a todo el mundo del baloncesto, por lo que pudiera pasar. No se entiende el temor, pero así fue. Ayer el salón de actos del Cuartel de la Montaña estuvo abarrotado y con un tremendo pasilleo. Hay que apresurarse a decir que el triunfo fue rotundo, muy holgado, pero en ningún caso brillante. Ni siquiera los triunfadores estaban convencidos, aunque quisieron demostrar su satisfacción. Se quiera o no, al baloncesto español le falta alegría, porque le ha salido una oposición encabezada por hombres del baloncesto de toda la vida.Segura de Luna, una vez terminado el escrutinio, manifestó a EL PAIS que «estoy contento porque he comprobado que el estamento baloncestístico confía en mí, en mi equipo y en mi gestión». Al decirle que el triunfo parecía demasiado abultado y que tomaba síntomas de pucherazo o de elecciones de tiempos anteriores en los que nadie creía en la democracia, como ahora se sigue sin creer, Segura de Luna dijo: «Sinceramente, me hubiera gustado ganar por 94-0; no para humillar al contrario, sino para que quede claro que tengo el apoyo general. De haber conseguido una victoria escasa es casi seguro que me hubiera marchado».

Por increíble que pueda resultar, algunos presidentes de federaciones provinciales que reciben 52.000 pesetas trimestrales -nadie sabe, ni se sabrá qué pueden hacer con este mínimo presupuesto, si es que se puede hacer algo- se mantienen fieles a la candidatura del actual presidente y a su equipo, que es precisamente el que les pide unos cientos de miles de pesetas por organizar, por ejemplo, la final de la Copa del Rey; pero se queda, eso sí, con los derechos de televisión. Tan increíble como cierto.

Hay que recordar en tono anecdótico que la candidatura de Gasca recomendó el voto en blanco, por lo que se le pueden apuntar doce votos en lugar de siete. Por cierto, que esta candidatura está esperando a que le den una explicación de por qué no se hizo buena su impugnación. A la vista de que por la vía deportiva es imposible conseguir nada porque el Consejo Superior de Deportes se mantiene al margen, todo quedará en manos de las vías judiciales ordinarias.

El éxito de la convocatoria fue la asistencia de 93 asistentes entre los 94 posibles. La oposición obligó a ello, lo que reconoció noblemente Segura de Luna.

Valga decir que las elecciones empezaron media hora más tarde de lo previsto, porque la junta electoral estudió la impugnación hecha por la candidatura de Gasca y que después se dio un plazo de dos horas para esperar a los votantes que no habían llegado.

Por otro lado, en la asamblea, el único punto importante fue el relativo al deseo de los clubes de contar con dos extranjeros durante las temporadas 1982-1983 y 1983-1984. Tras muchas discusiones, se acordó formar una comisión clubes -federaciones cuyas conclusiones se compromete a aceptar la española. Como no está de acuerdo, su claro propósito será el de hacer cambiar sus intenciones a los implicados antes de esa fecha.

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