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Reportaje:Los disidentes, ante el X Congreso del Partido Comunista de España / 2

Carrillo: "Si se aprueban las tendencias organizadas, yo no seré el secretario general"

Sin embargo, Carrillo ha hecho ya sus números, y éstos le auguran que nada va a pasar en el congreso que ponga en peligro su permanencia.La alianza entre renovadores, nacionalistas y duros no se va producir en cuestiones ideológicas. De hecho, entre los dos primeros de estos sectores, sí se da una mayor afinidad política, pero las distancias con los duros están bien marcadas. Sin embargo, los tres son los descontentos con la dirección de Carrillo, por lo que su única fuerza consiste en la alianza, en el pacto entre las minorías para hacer frente a la mayoría. Y todos ellos, ya lo han anunciado, van a replantear de nuevo en el congreso la legitimación de las corrientes de opinión y el respeto a las minorías, única vía de la que disponen para no ser estrangulados -políticamente hablando- por Santiago Carrillo.

Y Carrillo, a todo esto, responde con un no rotundo: no a las corrientes de opinión -que para él son sinónimo de tendencias organizadas- y no a pactar postulados políticos.

Sin embargo, Carrillo va a hacer concesiones en favor de la integración, y así lo adelantó ayer en un almuerzo mantenido en Madrid con representantes de los medios informativos. «Yo voy a votar en favor de Pilar Brabo, de Manuel Azcárate, de Carlos Alonso Zaldívar y de otros renovadores que me parecen necesarios para la buena marcha del partido », señaló. Caso aparte van a ser otros nombres de esta misma tendencia que han sido vetados de hecho por la actual dirección. Se trata de Alfredo Tejero, Carlos Soto, Gerardo Novales y, probablemente, Luis Larroque, actual vicepresidente de la Diputación de Madrid.

«Yo, a Luis le aprecio mucho, y me parece un hombre muy estimable», comentó ayer Carrillo, «pero una de sus últimas actuaciones en la Diputación nos ha puesto en un brete muy desagradable. Cuando Fuerza Nueva pidió la plaza de Las Ventas para celebrar su acto del Dieciocho de Julio, Larroque se mostró partidario, y tuve que pasar la vergüenza de recibir una llamada de Alfonso Guerra pidiéndome que reconviniera a los diputados provinciales comunistas. Los socialistas se dividieron; unos eran favorables a la cesión y otros no, mientras que UCD fue el único partido que actuó con sensatez: se negó desde el primer momento. Tuve que advertirle a Larroque que, o cambiaba de opinión, o planteaba públicamente en el congreso su actuación con Fuerza Nueva. Fue la única manera de convencerle, y aun así, dudaba. Este, desde luego, no es el eurocomunismo que yo entiendo».

Los nacionalistas, por su parte, van descontentos al congreso, porque demandan una mayor federalización en la estructura interna del partido. Esto es lo que viene reclamando con insistencia el secretario general del Partido Comunista de Euskadi, Roberto Lertxundi, para quien la coalición electoral y la unidad de acción con Euskadiko Ezkerra es poco menos que irrenunciable. Tampoco los valencianos parecen muy satisfechos del nacionalismo carrillista. En la reunión que el Plenario de Parlamentarios y diputados provinciales celebró en junio, en el castillo de Peñíscola (Castellón), para aprobar el proyecto de Estatuto de Autonomía, el representante de los comunistas hubo de retirarse, porque había recibido instrucciones de voto en un sentido distinto al que él consideraba más conveniente para la autonomía valenciana.

A ellos, aunque les advierte que «los comunistas somos patriotas, pero no nacionalistas ni regionalistas, porque esto va en contra del marxismo», Carrillo les promete la inclusión automática en el Comité Central -que será reducido a 99 miembros- de los secretarios generales de las regiones y nacionalidades, y les da carta blanca en la política de alianzas: pueden pactar con quien quieran, aliarse con las fuerzas políticas que consideren necesario y elaborar la política que crean más conveniente, todo ello en base al respeto a la independencia del PSUC y la negativa a crear más partidos comunistas periféricos independientes, «para no perder peso en la política del Estado».

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El principal error

El informe que Carrillo leerá en la inauguración del X Congreso está dividido en cuatro partes: política internacional, política del PCE en la etapa de la transición, errores cometidos y perspectivas de aplicación del eurocomunismo. Entre los errores, hay uno que Carrillo considera fundamental: «Hemos hecho política desde arriba, descuidando las organizaciones de base, impidiendo la comunicación en muchos casos y dificultando las movilizaciones de masas, la integración en los problemas de las masas y favoreciendo un alejamiento real de la sociedad. Y yo soy el primer gran culpable de este error», reconoció, «por no haberlo sabido corregir antes».

Santiago Carrillo se mostró ayer, en el citado almuerzo, de bastante buen humor, seguramente porque sabe que los números secretos que ha hecho antes del congreso le son favorables, aunque con el nerviosismo que le caracteriza -prácticamente no dejó de fumar ni de mover las piernas-, y preocupado, porque «si en el X Congreso nuestro partido no aborda los grandes temas que preocupan al país, y se dedica a las puñeterías internas de reparto de poder, el congreso será una mierda».

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