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Cuatro años de relaciones

El 28 de marzo de 1977, los Gobiernos de México y España establecieron relaciones diplomáticas, después de 38 años de ruptura, y diez días después de que la República española en el exilio y el Gobierno mexicano dieran por canceladas las suyas.En 1939, terminada la guerra civil, el Gobierno mexicano rompió sus relaciones diplomáticas con España, recibió a miles de exiliados de nuestro país y se convirtió en uno de los principales paladines del Gobierno republicano, al que reconocería en 1945. En consecuencia, México jugó un papel destacado en las discusiones de la ONU, que culminaron con la resolución de la Asamblea General del 12 de diciembre de 1946 recomendando la exclusión del «Gobierno español de Franco como miembro de los organismos internacionales establecidos por las Naciones Unidas». Sin embargo, existieron una serie de acuerdos comerciales, económicos e informativos, que se inauguran en 1947 con la reanudación de las conversaciones telefónicas y el tráfico marítimo y con un convenio firmado entre el Banco Exterior de España y el Banco Nacional de México el 25 de septiembre de 1947.

El nombramiento como embajador de México en España del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz motivó una gran tormenta política. Los medios de comunicación se hicieron eco de las posibles responsabilidades que Díaz Ordaz tuvo en la matanza de Tatlelolco, ocurrida el 2 de octubre de 1969, fecha en que ostentaba la presidencia de la República, y once días después de la presentación de cartas credenciales al rey Juan Carlos fue sustituido por José Gómez Gordoa.

En cuatro años de relaciones, las visitas e intercambios han sido numerosos a todos los niveles, y han servido para hacer más explícitas las grandes líneas de la nueva política de la España democrática hacia Latinoamérica, la sustitución de los vínculos jerárquicos asociados con la idea de «madre patria» por la propuesta de una relación de fraternidad.

Un mes después del restablecimiento de las relaciones, el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, visitó oficialmente México y, en un comunicado conjunto hecho público, se afirmaba el común deseo de dar un «vigoroso impulso» a las relaciones entre ambos países.

La visita oficial a España, en octubre de 1977, del presidente mexicano, José López Portillo, se planteó como un reencuentro entre dos países totalmente afines y tuvo una importante significación histórica. Se firmaron cinco convenios de cooperación entre los dos países, así como la supresión de visados entre España y México.

Diecinueve meses después del restablecimiento de las relaciones, y a pesar de la frustrada intentona golpista conocida como operación Galaxia, en noviembre de 1978, los Reyes de España visitaron México en un viaje cuyo punto clave que e acercamiento a la emigración republicana, en pos de una definitiva reconciliación.

Los intercambios entre ambos países han sido continuos a lo largo de los cuatro años, tanto a nivel militar como sanitario, económico, cultural y local; como las visitas efectuadas por los alcaldes de Madrid y de la ciudad de México.

La balanza comercial entre los dos países es claramente deficitaria para España a causa principalmente de las importaciones de productos petroleros, que suponen el 80% de las compras españolas a México. El comercio entre los dos países ha experimentado un incremento espectacular en los últimos tres años, y España tiene puestas en México gran parte de sus esperanzas de su política comercial exterior. El pasado año, España importó de México por valor de 93.245 millones de pesetas, mientras que las exportaciones sólo alcanzaron la cifra de 30.356 millones de pesetas.

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