La CEE exige la implantación del IVA en España como paso previo a las negociaciones de unión aduanera

La Comunidad Económica Europea (CEE) no aceptará negociar con España las cuestiones relativas a la unión aduanera mientras que el Gobierno de Madrid no se comprometa claramente a modificar antes de la adhesión su actual sistema fiscal. Esta nueva condición fue expuesta ayer en la sesión negociadora celebrada en Bruselas con asistencia de los diez ministros comunitarios y el titular español de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca.

El ministro español afirmó, en .una conferencia de Prensa, que España no aceptará, por su parte, ninguna condición previa en la negociación con la CEE.La declaración del Consejo de Ministros de la CEE, leída por el británico lord Carrington, es consecuencia de las presiones francesas, que a lo largo de la última semana se ha negado repetidamente a dar la luz verde al documento elaborado por la Comisión, en el que se dejaba en cierta forma al margen el problema del impuesto sobre el valor añadido (IVA).

Finalmente, la CEE aprobó un texto en el que se dice que presentará dicho documento «tan pronto como sea posible» y en el que se afirma tajantemente que «la conservación del actual sistema de tasa s español causaría graves perjuicios en el funcionamiento del Mercado Común. Por eso», añade, «la CEE considera esencial que España introduzca el IVA en el momento mismo de la adhesión o antes».

La posición francesa no implica un nuevo bloqueo, según fuentes próximas a la delegación española consultadas por EL PAIS. En esta ocasión se trata de una durísima posición negociadora, pero no de una negativa absoluta a discutir la cuestión. Tanto para dichas fuentes como para medios próximos a la Comisión Europea, la posición comunitaria hay que entenderla a la luz de los problemas que plantea en la CEE el acuerdo de 1970, que España se niega a modificar antes de la adhesión.

Los técnicos de la CEE estiman que el sistema fiscal en cascada que aplica Madrid favorece las exportaciones españolas con una prima encubierta y consideran totalmente inaceptable que ese sistema pudiera prolongarse ni un solo día después de la firma del tratado.

Pérez-Llorca se lamentó, también en la conferencia de Prensa, de la situación del informe agrícola. Según el ministro español, el presidente francés, François Mitterrand, se comprometió a desbloquear las negociaciones en la entrevista que mantuvo, en París, con el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. «La declaración comunitaria aprobada hoy es un paso atrás en lo que esperábamos», afirmó. «Esa voluntad política no se ha visto traducida en la realidad al ciento por ciento; quiero creer que por falta de tiempo para coordinar y establecer los contactos necesarios». El documento comunitario se limita a afirmar que «la CEE quiere ser capaz de continuar el diálogo iniciado a fin de año», pero que los españoles deben saber que los diez continúan sus trabajos para la adaptación de la política agrícola común y para el cumplimiento del mandato de 30 de mayo sobre el sistema de financiación de la CEE.

Medios próximos a la Comisión calificaban de suave la declaración oficial leída por José Pedro Pérez-Llorca, quien en ningún momento respondió directamente a lord Carrington en cuanto al problema del IVA, limitándose a señalar que existían «lagunas y divergencias en el campo de la fiscalidad», pero que no debían constituir un pretexto para el retraso de las negociaciones.

La discusión fue un poco más tensa en el almuerzo que ofreció el ministro español a sus colegas europeos. Pérez-Llorca tuvo un vivo intercambio de impresiones con el secretario de Estado de Francia para Asuntos Europeos, Chan Dernagor, quien reprochaba a los españoles su falta de claridad fiscal y su negativa a introducir las modificaciones necesarias. El ministro de Asuntos Exteriores señaló que España aceptaba discutir todos los problemas, pero no cuando se planteaban como condición previa. « La negociación es un conjunto», explicó.