El asunto del Banco Ambrosiano
Roberto Calvi era el banquero privado más potente de Italia hasta el 22 de mayo, fiesta de Santa Rita, fecha en la que, ante el asombro del gran mundo financiero milanés, entró en la cárcel y fue sometido al interrogatorio del fiscal Gerardo d'Ambrosio. Fue acusado de haber exportado al extranjero cientos de millones de pesetas. Una serie de documentos secretos encontrados en la casa de Lucio Gelly, ex venerable maestro de la logia masónica Propaganda Dos (P-2), empieza a revelar que el mayor banco privado de Italia, el Ambrosiano, presidido por Calvi, es un conjunto de misterios y de embrollos.El imperio de Roberto Calvi es enorme: cinco bancos, varias compañías de seguros, un montón de financieras y la mayoría de las acciones de la editorial Rizzoli-Corriere della Sera, el primer diario del país. Los inspectores del Banco de Italia han preparado un informe de quinientas páginas sobre el Banco Ambrosiano cargado de acusaciones gravísimas. Lo que externamente parecía un tranquilo banco de provincia, estrechamente unido al ambiente eclesiástico de la región de Venecia, se está revelando -según las acusaciones de los jueces- como una empresa sin escrúpulos a todos los niveles.
Se le llamaba «el banco de los curas», y parte de las acciones eran del Banco del Vaticano (IOR-Instituto Obras de Religión). El Banco Ambrosiano, al revés de los demás bancos italianos, operaba a través de la financiera La Centrale, que contaba con una serie de filiales también en el extranjero.
¿Quiénes son los verdaderos propietarios del Banco Ambrosiano? Es lo que está indagando el Banco de Italia. El 9,79% del capital social es de siete sociedades panameñas; el 6,80%, de siete sociedades de Liechtenstein; el 5,80%, del mismo Banco Ambrosiano, a través de las compañías de seguros Toro, Seguros Generales, Italfid e Italtrust; el 4,02%, de la Suprafin. Se trata, esta última compañía, de una financiera de las más misteriosas. Los inspectores del Banco de Italia afirman que el director general del Banco Ambrosiano, Carlo Holgiati, sostiene que se trata en realidad del Banco Vaticano, y está una carta, con fecha 20 de ,enero de 1975, del mismo Banco Vaticano al Banco Ambrosiano. en la que se afirma que Suprafin «pertenece al IOR», es decir, al Vaticano.
Otras participaciones destacadas en la propiedad del Banco Ambrosiano son las siguientes: 3,01 % del Kredietbank, SA, de Anversa, y el 1,89 %que pertenece oficialmente al Vaticano.
En total, veintidós accionistas controlaban el 32,17% del capital del Banco Ambrosiano. La adquisición de acciones se realizó a través del Banco de Gottardo y la Cisalpina, que, a su vez, están controladas indirectamente -a través de las filiales del holding en Luxemburgo- por el propio Banco Ambrosiano. Los inspectores del Banco de Italia (el banco central italiano) todavía no dan crédito a que la mayor parte de estas sociedades, como indican las investigaciones, pudieran pertenecer a los propios bancos Ambrosiano y Vaticano.
Los caminos a través de los cuales el Banco Ambrosiano recogía títulos son más que complicados, hasta el punto de que la descripción de estas operaciones ocupa cincuenta páginas del informe del Banco de Italia sobre este escándalo político-financiero.
Un botón de muestra: en 1978, la Supraf in obtiene el 5% del capital del Banco Ambrosiano. Cede un 1 % a la Cogenel, SA, de Luxemburgo (emparentada al Banco Ambrosiano-holding a través del Banco Occidental de Madrid), a 20.100 liras por acción, contra un precio de bolsa de 12.000. La misteriosa sociedad Suprafin adquiere importantes paquetes accionarlos al Banco Ambrosiano, girándolos después a esas catorce sociedades de Luxemburgo y de Liechtenstein, que, juntas, controlan el 15 % del banco.
Uno de los puntos más oscuros que los jueces tienen que indagar es la presencia real del Banco Vaticano en el colosal escándalo del Banco Ambrosiano, y, sobre todo, la real consistencia de la presencia del Banco Ambrosiano y de sus peligrosas operaciones en bancos y sociedades radicadas en el extranjero. Es una madeja muy dificil de desenredar, que está trayendo muchas preocupaciones a los operadores que directa o indirectamente han tenido relaciones con Roberto Calvi y el banco que presidía, y del que era el factótum. Ahora Calvi, cuyo imperio se está desmoronando, está destrozado psicológicamente en la cárcel, donde ha intentado el suicidio el jueves pasado.
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