Los iraníes reflexionan y ayunan con el Rainadán
ENVIADO ESPECIAL,Todas las calles de la ciudad tienen sus canales los djoub, que recogen las aguas que descienden de los regatos del Alborz, la imponente miloe montañosa detrás dela cual está el mar Caspio, y que se yergue desafiante, con sus 5.000 nietos de altura, sobre Teherán.
El tráfico es especialmente endiablado. No es raro que cuatro personas viajen en una misma moto por un carril en sentido contrario al de la circulación. Cuando se produce algún accidente de circulación, la costumbre es no retirar los automóviles hasta que no llegue la autoridad estén donde estén los coches. Los atascos son formidables por este motivo.
El fragor de las calles contrasta con la tranquilidad de los comercios y los comerciantes; aunque uno no compre nada, acostumbran a invitar a té al visitante, tras haber regateado precios con él durante varias horas.
El hombre medio persa es de talla alta, cortés en los modos y hospitalario, pero temible cuando se enfada. Suele jugar en su mano con un pequeño rosario, el tashbi, que le sirve para rezar o entretenerse.
Las mujeres de Teherán acostumbran a vestir chador negro, incluso en verano, o un pañuelo y, una especie de babi azules, que les da un aspecto infantil. No es raro ver a otras mujeres vestidas al modo occidental o con vaqueros debajo del chador. Lo cierto es que, pese a las recomendaciones de las autoridades, esta prenda se lleva cada vez menos.
El pasado jueves comenzó el Rarnadán, un mes de reflexión y ayuno. De sol a sol, salvo las personas enfermas, nadie podrá comer, beber o fumar en público Con los extranjeros existe cierta tolerancia, de la que no conviene abusar, pero las prohibicones son estrictas para los iraníes. Recientemente la Prensa de Teherán publicaba un bando del tribunal antisacrílego de la capital en el cual se recordaba a los fieles musulmanes que comer en publico se castigará con veinte latigazos, y la reincidencia continuada puede ser penada con la muerte.
La prohibición de ingerir bebidas alcohólicas es absoluta, lo cual determina formas alambicadas para transgredir esta norma.
Resulta frecuente ver a los clérigos por las calles, en autobús o en coches. El equivalente al sacerdote normal es el mullah, muy vinculado a las familias, La indumentaria de los clérigos, entre los que se cuentan en rango hacia arriba los hojatoleslam y los ayatollahs, rango máximo, acusa un detalle importante: los turbantes son únicamente de dos colores, blanco y negro. Los cérigos con el turbante negro descienden del profeta Mahoma o de sus familiares cercanos: o los que llevan el turbante balnco, no. Sin embargo, esto no determina nada dentro de la jerarquía. Así, Jomeini desciende del profeta, pero su sucesor, el ayatollah Montazeri
El número actual de españoles en Irán es muy reducido, no sobrepasa la treintena. Hay algunos empresarios y comerciantes, como el catalán Manuel Morales, que importa productos químicos españoles a Irán y que, junto al personal de la empresa Dragados y Construcciones, fue evacuado al comenzar la guerra irano-iraquí.
El Ministerio iraní de Orientación decidió aver cerrar la oficina de la agencia Reuters en Teherán por considerar que falsea la información relativa a Irán. Otro periodista británico, el corresponsal del rotativo londiriense The Guardian, abandonó ayer la capital iraní después de haber sido acusado de espía por el diario Azadegan.
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