Ucedistas, socialistas y comunistas, satisfechos con el resultado

Todas las personalidades políticas consultadas por este periódico sobre la significación de que Madrid haya comenzado los trámites para su constitución como comunidad autónoma se mostraron satisfechas con el resultado unánime en torno a dos ideas básicas: el hecho de que con este paso se cierra el primer capítulo en la reconversión de un Estado centralista en otro descentralizado y que el autogobierno representa para los madrileños la mejor herramienta de cara a solucionar los problemas de calidad de vida y las profundas diferencias que ahora discriminan unas zonas de la provincia de otras.En concreto, Santiago Carrillo, secretario general del PCE, afirmó que no veía que la autonomía madrileña pudiera significar ninguna desventaja para la población y sí muchos beneficios. Armando Benito, senador de UCD por Madrid, resaltó que la gestión de los políticos estaría sujeta a mayor y más fácil control por parte de los ciudadanos y que eso repercutiría favorablemente a la hora de acabar con la impunidad de la adulteración en la calidad de la vida cotidiana de aquéllos.

Carmen García Bloíse, secretaria de organización del PSOE, opinó que la importancia del acto celebrado ayer residía en que con él se termina el ciclo de formación del Estado descentralizado y que contar con un Gobierno propio permitirá a los habitantes de Madrid participar más directamente en la política de su provincia.

Por su parte, el parlamentario ucedista Joaquín Satrústegui resaltó que los ciudadanos madrileños no tienen una conciencia autonómica como pueda existir en otras regiones o nacionalidades de España, pero que era inviable que Madrid se quedara como un islote dentro del Estado de las autonomías, regido por normas diferentes. El autogobierno acercará la Administración a los administrados, aparte de que también a España le interesa que Madrid se integre en la nueva concepción del Estado.

El clima, a la terminación del pleno, era de evidente satisfacción entre los presentes. Cuando José María Rodríguez Colorado levantó la sesión, después de ser aprobada la iniciativa autonómica, un fuerte aplauso del público asistente, entre los que se encontraban muchos alcaldes de la provincia, puso de manifiesto la aceptación general.