Hay urgente necesidad de donantes de sangre en España

La urgente necesidad de donantes de sangre ha sido el tema básico de todas las ponencias que se han presentado al X Congreso de la Federación Internacional de Donantes de Sangre, celebrado ayer y anteayer en Madrid.En el transcurso del citado congreso se ha estudiado un tema concreto, cuya urgencia fue unánimemente reconocida por los asistentes: la obtención del plasma necesario para la fabricación de numerosas medicinas, cómo las que se utilizan en los casos de hemofilia (enfermedad de la sangre que impide su coagulación), o para la obtención de los distintos tipos de interferón, sustancia con propiedades antivirales y que se cree puede ser utilizada con cierto éxito en la lucha contra el cáncer.El doctor Mazón, vicepresidente de la Federación Española de Donantes de Sangre, manifestó a la agencia Efe que tales productos «sólo se pueden fabricar a partir de los glóbulos blancos, y la obtención del número de glóbulos blancos necesarios sólo se consigue en países muy adelantados, como Finlandia, Holanda o Estados Unidos, donde el número de donantes de sangre pasa del 20% de la población». Según el doctor Mazón, para obtener un gramo de interferón se necesitan mil litros de sangre, lo que supone la colaboración de 3.000 donantes. «En España, los donantes de sangre constituyen tan solo el 1,5% de la población total», agregó el doctor Mazón.Otro problema que se planteó durante el congreso fue el de la posible obtención de vacunas, como la de la hepatitis, a partir de la sangre de personas que hayan padecido la enfermedad. Para llegar a un número más elevado de donantes de sangre y remediar la escasez de plasma, el congreso analizó el tema de la donación gratuita, y en una de las conclusiones se cita a los niños y a los jóvenes como la esperanza del futuro en este campo, a través de las correspondientes campañas de información y sensibilización. En la idea de sensibilizar a la juventud hacia el problema de la donación coincidieron plenamente los doctores Hantchef, Galve y Genetet, que presidieron las mesas redondas del congreso.