Liberación de rehenes en un banco filipino.
Dos hombres perdieron ayer la vida cuando la policía asaltó, con la ayuda de bombas lacrimógenas, una sucursal bancaria de Quezón (Filipinas) para rescatar a las dieciocho personas que tres jóvenes pistoleros (uno de los cuales consiguió huir) mantenían retenidas desde hacía cinco horas. Los atracadores, que se habían apoderado de una cantidad indeterminada de fondos, amenazaron con asesinar a los rehenes uno a uno si no se les facilitaba un automóvil para abandonar el banco. El asalto policial, al que los ladrones respondieron con granadas y armas automáticas, fue retransmitido en directo por televisión. En la foto, un soldado traslada a una empleada herida hasta una ambulancia.
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