Mató a su madre y la arrojó al río Tajo, cerca de Aranjuez
Un desempleado de treinta años de edad, Luis Rubio Tejeda, residente en Alcalá de Henares y padre de tres hijos, mató a su madre y arrojó su cuerpo al río Tajo el pasado día 4 de mayo, según informaciones difundidas por la policía. No obstante, el parricida, que ha sido puesto a disposición del juez de Ocaña., no fue detenido hasta hace unos días. Datos contrastados por EL PAIS indican que Rubio Tejeda y su víctima viajaban juntos en el coche del primero cuando sucedió el hecho, que fue precedido por «una fuerte discusión entre madre e hijo». El presunto asesino estaba considerado por su esposa como «un hombre pacífico, a quien resulta difícil imaginar como partícipe en un suceso violento».
Luis Rubio trabajó hasta hace dos años corrio transportista eventual para una panadería. Para su esposa era un hombre tranquilo. hogareño y conforme consigo mismo. «Solía pasar sus ratos libres aquí, en casa. Siempre estuvo muy lejos de ser violento o pendenciero. Resulta muy difícil imaginarlo peleándose con nadie, aunque, claro, la paciencia de las personas tiene un límite».Marina Tejeda Botejara, de 49 años, madre de Luis, vivía sola en el barrio de Moratalaz. «En realidad», dice su nuera, «hacía una vida un tanto equívoca, se iba por ahí con unos y con otros, y quería arrastrar a su hijo a que viviese como ella. Ultimamente parecía tener cierta obsesión por casarse: leía con mucho detenimiento las ofertas de matrimonio que en los periódicos hacen los hombres maduros. Lo cierto es que aspiraba a encontrar a uno lo más viejo posible y, preferiblemente, con mucho capital. De sus encuentros con estas personas acababa consiguiendo dinero: a uno de ellos, por ejemplo, le sacó 30.000 pesetas. Nosotros, mi marido, mis hijos y yo, somos gente necesitada. Ella solía cedernos alguna cantidad procedente de sus andanzas: de cuando en cuando entregaba a su hijo 5.000 pesetas o algo así».
Una cita en Villacañas
La familia Rubio Tejeda tiene tres hijos, dos niñas, de siete y cuatro años: Y un niño de dos. «Mi marido no cobraba seguro de desempleo, así que las ayudas de mi suegra y las de mi propia familla, que reside en Ciudad Real, eran muy valiosas, fundamentales para el mantenimiento de la casa. Las relaciones de mi marido con su madre eran buenas, a pesar del fuerte y agresivo carácter de ella. La obsesión de mi suegra éramos nosotros, los niños y yo, porque quería que Luis se uniese a ella como socio o como partícipe de su vida. El, naturalmente, se negaba, pero pretendía conciliar su propia manera de ser con la de su madre, que a veces llegaba a ser agobiante, insoportable».A medidados del mes de abril, Luis llevó a su mujer y a sus hijos a Ciudad Real. «Habían llegado las vacaciones de Semana Santa, y decidimos que nos dejase allí, con mis padres, por una temporada. Luis regresó a Madrid. Aprovechó las vacaciones para vivir con su madre, para frecuentar su compañía. Su única pretensión era portarse bien con ella». Al fin terminaron las vacaciones. «Creo que fue el día 4 de mayo cuando mi marido decidió volver a buscarnos a Ciudad Real. A última hora su madre le dijo que tenía una cita con uno de sus amigos en el pueblo toledano de Villacañas, y le propuso que la llevase allá, aprovechando el viaje. Mi marido accedió».
Según la versión policial de los hechos, madre e hijo entraron en discusión «por motivos familiares». Cuando el automóvil llegaba al kilómetro 5 de la carretera de Aranjuez a Villaconejos la discusión se agrió. Luis ha declarado que su madre extrajo de su bolso de mano un cuchillo con el que trató de atacarle. El buscó una piedra que siempre lleva bajo los asientos delanteros del coche, la golpeó con ella hasta dejarla inconsciente». Luego lanzó su cuerpo al río Tajo y continuó el viaje. La esposa de Luis está convencida de que, a pesar de todo, nunca llegó a pensar que la había matado. «Tenía la esperanza de que hubiera logrado salir del agua». Pasaron varios días.
Numerosas contradicciones en el interrogatorio policial
«El día 12, y ante la evidencia de que su madre no aparecía, mi marido denunció la desaparición en la comisaría de La Estrella». En una nota difundida ayer, la policía señala que, después de un turno de investigaciones, «comenzaron a aparecer indicios que hacían sospechar sobre la veracidad de la denuncia. Ello dio lugar a que se procediera al interrogatorio de Luis Rubio, que empezó a incurrir en numerosas contradicciones, hasta que terminó por confesar lo realmente sucedido». El cadáver de Marina Tejeda Botejara no ha sido rescatado todavía, a pesar de los sondeos practicados en varios tramos del cauce del río. Los buceadores a los que se les ha encomendado la búsqueda sólo han logrado rescatar algunos de sus efectos personales. El cuchillo que llevaba en el bolso de mano, ha sido incautado en el domicilio desu hijo, en Alcalá de Henares.La versión policial viene a corroborar las declaraciones de la mujer del parricida, toda vez que en una nota oficial de la Jefatura Superior de Policía hecha pública ayer se dice textualmente que «Luis Rubio ha confesado que en el momento en que arrojó el cuerpo (de su madre) al agua desconocía si tenía vida o había fallecido a causa de los golpes propinados con la piedra».
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