Se inicia la Semana de la Mujer, organizada por el PSOE

«Los partidos políticos no han sido un buen nexo de unión con los derechos y reivindicaciones de las mujeres y, aunque, en una sociedad machista como la que conocemos, la democracia tiene ciertas ventajas para favorecer el protagonismo de todos los grupos sociales -ahora ya no es como en la dictadura, en que las mujeres íbamos de extras-, debemos saber que la democracia que hemos conocido no es suficiente porque la democracia no es el reconocimiento de derechos, sino el ejercicio de esos derechos y un sistema donde se lucha por ellos». Estas palabras fueron pronunciadas por Carmen Mestre, coordinadora federal de Mujer y Socialismo, en la apertura de la II Semana de la Mujer.

En el debate de esta primera sesión, con el título Democracia y feminismo, intervinieron también la diputada por Granada María Izquierdo y la jefa del gabinete de la ministra para los Derechos de la Mujer de Francia, Danielle Bahisson, quien asistió por delegación de la titular del Ministerio, Ivette Roudy.La semana se inició en la sede de la Unión General de Trabajadores, entre dos grandes retratos de Pablo Iglesias y Largo Caballero, lo que provocó una intervención de la feminista Jimena Alonso, «una observación con todo cariño», relacionando la condición masculina de los retratos con el título de Semana de la mujer. La cuestión quedó zanjada con la explicación de una de las organizadoras, en el sentido de que con anterioridad había habido una reunión «de los compañeros del sindicato» y no habían tenido tiempo apenas para sustituir el decorado.

María Izquierdo y Carmen Mestre discreparon al relacionar democracia y feminismo. Mientras para la diputada el feminismo es consustancial a la democracia, Carmen Mestre, vicepresidenta de la Internacional Socialista de Mujeres, opinó que la relación no es tan obvia y que la lucha por el voto de la mujer en Inglaterra se produjo en el ámbito de un feminismo burgués, pero esa lucha por los derechos de la mujer no se dio entonces en países con más tradición democrática. Carmen Mestre se interrogó sobre si «las mujeres podemos ser protagonistas en esta democracia, con estructuras de clara desigualdad».

Con anterioridad a estas intervenciones, la jefa del gabinete de la ministra de los Derechos de la Mujer en Francia, la socialista Danielle Bahisson, explicó su experiencia de trabajo en la Comisión de la Mujer del Consejo de Europa y la aplicación del informe elaborado por la ministra Ivette Roudy, desde que se creara en ese organismo la Comisión de la Mujer, en octubre de 1979. Entre los capítulos del informe señaló uno referente al aborto, que fue muy problemático de abordar en el contexto del Parlamento Europeo, porque el Tratado de Roma sólo tiene carácter económico.

Para poder llevar al Parlamento Europeo el tema del aborto se vinculó a los problemas de los trabajadores en libre circulación de un país a otro dentro de la Europa comunitaria. «En octubre de 1979», dijo, «el parlamentario que quiso presentar la propuesta del aborto la vio desestimada. Catorce meses después la interrupción del embarazo constituye un capítulo entero de nuestro informe ante el Parlamento Europeo. Puede verse», terminó Danielle Bahisson, «cómo a través de un tratado económico puede llegarse a otros temas, y esto es importante para España ».