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Toda Polonia está de luto por la muerte del cardenal primado Stefan Wyszysnki

Toda Polonia está de luto por la muerte, en la madrugada de ayer, del cardenal primado Stefan Wyszynski, de 79 años, aquejado de un cáncer intestinal. Las iglesias de todo el país repican «a muerto» y las emisoras de radio y televisión han suspendido sus programas de variedades.

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El cadáver de Wyszyriskí, que será inhumado el próximo domingo, se encuentra en el palacio arzobispal de Varsovia, donde desde primeras horas de la mañana se fueron congregando centenares de fieles para rendir su último tributo a quien durante más de treinta años encarnó «la identidad de la patria polaca»..Desde el momento en que se supo la noticia del fallecimiento, ocurrido a las 4.40, hora de Madrid, los polacos afluyeron al palacio arzobispal formando grandes colas, que se encarga de mantener y canalizar un improvisado «servicio de orden» integrado por sacerdotes. La fachada del edificio está adornada con dos grandes banderas: la polaca (roja y blanca) y la del Vaticano (blanca y amarilla), recubiertas con un crespón negro.

La actividad en el exterior del palacio arzobispal era inusitada La muchedumbre se apiñaba en las colas para pasar ante los restos de Wyszyriski colocados en un catafalco en uno de los salones del edificio, adornado con una imagen de la virgen negra de Czestochowa y un retrato de Juan Pablo II. Los grupos se abrían de cuando en cuando a medida que llegaban automóviles oficiales donde viajaban prelados de las diócesis provinciales que accedían directamente al palacio. Los conductores reducían la velocidad a indicaciones de un policía urbano y no se escuchó ni una sola bocina. Por su parte, los autobuses depositaban incesantemente personas que se unían a las colas en espera de entrar al palacio.

Desde el pasado mes de abril, el cardenal Wyszyriski no aparecía en público, y el pasado 16 de mayo recibió los últimos sacramentos. Posteriormente, después de una ligera mejoría, habló telefónicamente con el papa Juan Pablo II, durante años uno de sus mejores discípulos en Polonia.

El sentimiento de dolor es generalizado en los 36 millones de polacos. Valga como ejemplo el cálido homenaje de la agencia de Prensa oficial polaca Pap, que en la noticia de la muerte del primado le definió como «príncipe de la Iglesia y gran patriota, para quien su mayor dedicación fue unir y no dividir».

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En los peores momentos del pueblo polaco, prosiguió la agencia, «supo apelar a las soluciones ponderadas, responsables y justas».

A lo largo de todo el día de ayer, las emisoras de radio y televisión repitieron los diversos telegramas de condolencia, que de todas partes del mundo, incluido naturalmente el Vaticano, llegaron a la Conferencia Episcopal polaca.

El sepelio del primado, previsto para el próximo domingo en la catedral de San Juan, en Varsovia, estará precedido por una misa de réquiem en la espaciosa plaza Victoria de la catedral, donde ofició Juan Pablo II en su visita a Polonia en 1979.

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