"¿Qué son 35 años de comunismo frente a 1.000 años de catolicismo?"

Profundamente devoto del culto a la Virgen María, enemigo de la renovación litúrgica, patriota convencido plenamente de la superioridad histórica del catolicismo milenario polaco sobre los 35 años de comunismo, el cardenal Stefan Wyszynski representaba dentro de la Iglesia a la corriente integrista, pero al mismo tiempo enraizada en el pueblo. Wyszyriski en la Iglesia polaca era la cabeza visible del sector patriótico y popular, que se manifiesta en formas de culto inimaginables en otros países hoy día. Frente a la corriente popular de Wyszyriski estaba en Cracovia el grupo más intelectual, en torno a la figura del actual papa Juan Pablo II.La componente patriótica de Stefan Wyszyriski, unida a su convicción del papel histórico y la trascendencia del catolicismo, hacía que el cardenal no diese mucha importancia al hecho de hacer al sistema comunista algunas concesiones, que llegaron incluso a evitarle problemas en los momentos críticos de los últimos meses.

«¿Qué son 35 años de comunismo al lado de mil de catolicismo en Polonia?», es una frase que le atribuían personas próximas a Wyszyriski en la curia polaca.

Wyszyriski no tolera desviaciones ni modernismos en la teología o en la liturgia. En Polonia, la comunión se da en la boca de los fieles y no se admite la forma extendida en otros países de darla en la mano.

Cuando el Papa visitó Polonia, en junio de 1979, en el santuario de Jasna Gora, donde está la virgen negra de Zcestochowa, hacia un calor espantoso y una joven intérprete polaca iba vestida con una camiseta algo escotada. Unos clérigos vieron a la joven y se lanzaron horrorizados sobre ella, al mismo tiempo que decían: «Dios mío, ¿no le da a usted vergüenza? ¿Qué va a decir el cardenal?».

Cuando se acercó el primado, los clérigos hicieron agacharse a la chica y la taparon con las sotanas.