El Papa dirigirá hoy un mensaje de paz y concordia a los fieles congregados en la plaza de San Pedro

El estado de ánimo de Juan Pablo II es excepcional y fuentes vaticanas informaron ayer a EL PAIS que los fieles que acudan hoy a la plaza de San Pedro para el tradicional rezo dominical del Angelus oirán su voz, bien en directo, bien a través de una grabación ya realizada. El mensaje del Papa llegará en el momento en que los italianos estén acudiendo a las urnas para votar cinco referendos, entre ellos dos sobre la interrupción del embarazo.

El mensaje que dirigirá el Papa, según las fuentes vaticanas consultadas, ha sido grabado en cinta y esperan que si el estado de salud del enfermo lo permite, pueda ser repetido esta vez en directo, mediante una conexión entre la clínica y la plaza de San Pedro, utilizando los potentes medios técnicos de que dispone Radio Vaticano. La noticia aún no ha sido confirmada oficialmente, para evitar que un repentino empeoramiento del Santo Padre dé al traste con la transmisión.Las citadas fuentes han revelado el contenido del mensaje, en el que Juan Pablo II hace un llamamiento a la concordia y a la paz, resalta el valor de la vida en el plan del Creador yagradece las oraciones por él elevadas desde todos los rincones del mundo: «Ha sido un momento de unidad entre todos los hombres de buena voluntad», dice el Papa.

Los boletines médicos difundidos ayer en la clínica Gemelli siguen señalando una progresiva, aunque lenta, mejoría, si bien la temperatura ha subido alguna décima más con relación a la del día anterior. Aunque los intensos dolores se mantienen, el Santo Padre pudo dormir algunas horas la noche del viernes al sábado sin ayuda de calmantes.

Durante la mañana hizo ejercicios respiratorios y movimientos de las extremidades inferiores, sin levantarse de la cama, para ayudar al proceso recuperatorio, que los médicos siguen considerando satisfactorio, aunque se reservan aún el pronóstico. No se descarta que el Papa pueda ser trasladado a una sala normal, a partir del lunes.

El nivel de conciencia aumenta rápidamente y ayer rezó un Padre nuestro en compañía de las dos monjitas polacas que permanecen a su cabecera. El profesor Giovani Bautista dell'Acqua, amigo personal del Pontífice desde hace quince años, le visitó y conversó con él durante breves minutos. Dell'Acqua, que es presidente de la facultad de Medicina, dijo a los periodistas que había encontrado a Juan Pablo II con un estado de ánimo excepcional y que estaba sentado en la cama en espera de que llegase el barbero.

También acudió a ver al Papa otro gran amigo personal y médico de cabecera suyo durante largos años, el polaco Gabriel Turowski, llegado en la mañana de ayer desde Cracovia. Turowski dijo que está convencido de que el Papa se recupera, gracias a su excepcional fortaleza física. Desmintió que hubiese traído medicinas de Polonia, como se había aventurado el día anterior.

Mientras tanto, sigue en la clínica la afluencia de gente que insistentemente pide ver al Pontífice. Entre estas personas había estudiantes turcos que querían transmitir al Papa su dolor y sentimiento por el atentado cometido por el joven de su misma nacionalidad Mehmet Ali Agca.

Ante las noticias que llegan de la inminente muerte del cardenal primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski, se recuerda en Roma que, con anterioridad al atentado, Juan Pablo II expresó su deseo de hacer un viaje relámpago a Polonia para acudir a visitar a quien fue su gran maestro.