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El Senado endurece la ley de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio

El Pleno del Senado aprobó ayer la ley reguladora de los estados de alarma, excepción y sitio, con modificaciones sobre el texto enviado por el Congreso, por lo que el proyecto deberá volver a esta Cámara para que los diputados se pronuncien de forma definitiva. La sesión se desarrolló en medio de una notable tensión, producida tras la afirmación del socialista Antonio Duarte de que hemos heredado un «Ejército golpista». El Pleito realizó varios recortes al dictamen de la comisión, con el voto favorable de UCD y la abstención del PSOE. Se mantuvo, con el desacuerdo de la oposición, el plazo de detención de diez días.

La afirmación citada de Duarte se produjo en el debate a la totalidad de la ley, en el que el senador socialista dijo que «esto que aprobamos es fruto de una patológica transición política, de la que tan orgullosos estábamos». Añadió que de la dictadura «hemos heredado dos fenómenos que nos condicionan: un Ejército golpista y un terrorismo salvaje, bestial», y que el Ejército, duran te años, ha abusado del poder que tenía en sus manos.Continuó diciendo que de la relación dialéctica de ambos fenómenos sale la situación actual y, ante los murmullos que sus palabras producían en los senadores, advirtió que «nadie debe asustarse de que en las Cámaras soberanas los hombres libres digan lo que libremente piensan».

Terminó indicando que en España no ha habido reconciliación porque los vencedores no han depuesto sus armas, y que «vamos a tener que aprobar esta ley» porque la coacción psicológica la impone, no porque sea necesaria contra el terrorismo, que ya puede ser combatido con la legislación existente.

Duarte fue prácticamente desautorizada por su compañero de partido Fernando Morán, quien reafirmó que su grupo sabe que «la inmensa mayoría de las Fuerzas Armadas son demócratas» y asume la herencia de esas Fuerzas Armadas «en su totalidad», pero no ha heredado ningún sometimiento psicológico. Morán terminó advirtiendo que, como en la sociedad civil, entre los militares hay gentes que no responden a las características generales.

Estas palabras no impidieron que el portavoz de UCD, Francisco Villodres, respondiera con agresividad que el problema no es que, «como dice el senador Duarte, hayamos heredado un Ejército golpista, sino que intervenciones como la suya propician actitudes de ese tipo». Villodres reafirmó sus palabras leyendo un artículo periodístico en el que se afirmaba que «los diputados socialistas son más peligrosos para la democracia que los terroristas», lo que, a su vez, provocó el escándalo entre los bancos de la oposición.

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Reacción de UCD

Morán replicó preguntando si las últimas palabras del portavoz centrista estaban dentro no ya de la cortesía parlamentaria, sino de los modos de su propio partido, y advirtió contra la Prensa que intenta dividir a los que quieren la libertad. Villodres terminó el incidente rectificando al afirmar que había querido decir que intervenciones como la de Duarte favorecen actitudes como las del artículo de Prensa citado, cuyo contenido no compartía.

No obstante, la cuestión resurgió cuando el independiente Vicente Bosque Hita, asumiendo la representación de las Fuerzas Armadas -es militar retirado-, aprovechó el debate de una enmienda para «rechazar con indignación las injurias gratuitas contra las Fuerzas Armadas, que no son golpistas, como demostraron impidiendo el golpe del 23 de febrero; ni han abusado del pueblo, ya que si intervinieron en el siglo XIX fue provocadas por las presiones de lo que hoy se llama izquierda y antes se llamaba progresismo».

Fernando Morán aprovechó otro debate posterior para espetar a Bosque Hita que «no representa a las Fuerzas Armadas, sino sólo a sus votantes», y sentar definitivamente que de la intervención de Duarte «no se puede deducir que el Ejército haya sido predominantemente golpista, como tampoco se puede admitir que los avances de la izquierda justifiquen golpes militares».

Bosque Hita, que había estado fuera de la sala, intentó tomar la palabra después para decir, que Morán había hecho «afirmaciones falsas», pero el presidente, Cecilio Valverde, cortó su intervención por no ser reglamentaria. Todavía el tema surgió al final del debate, cuando el socialista José Prat dijo que nadie está por encima de su partido en «el respeto al Ejército, entendido como la nación en armas».

Cambios en el dictamen

Precisamente, la modificación más debatida implicaba directamente a la institución armada. Se trata del artículo 34, que, según aprobó el Congreso, dice que «la autoridad militar procederá a publicar y difundir los oportunos bandos» en caso de estado de sitio. El día anterior, gracias a la abstención de UCD, la comisión del Senado había aprobado que «el Gobierno ordenará publicar y difundir por la autoridad militar los oportunos bandos».

El centrista Alejandro Acenk defendió la vuelta al texto del Congreso, que es ya el definitivo, y su compañero de grupo Antonio Fernández Galiano advirtió que este artículo está pensado para una situación constitucional, y que si se produce una rebelión militar, de todas formas sería papel mojado.

Los socialistas se opusieron formalmente, y el senador Duarte, que había sido el promotor de la modificación de la comisión, ironizó diciendo que esperaba que el Gobierno no hubiera presionado. El ministro del Interior, que había presenciado este debate en silencio, hizo su única intervención en la sesión para recordar que la regulación del estado de sitio había sido pactada por UCD y PSOE en el Congreso, y que, concretamente, el artículo 34 fue redactado por el portavoz socialista en esta Cámara. Con esto quedó prácticamente zanjada la cuestión, y Duarte abandonó la sala al advertir que su grupo se abstendría. También Rosón salió antes de la votación.

El mismo caso se produjo con el párrafo segundo del artículo 30, que establece que los condenados en los procedimientos del estado de excepción no se beneficiarán de la remisión condicional de penas. El párrafo había sido suprimido por la comisión y lo recuperó el Pleno, con los votos favorables de UCD y la abstención del PSOE. Finalmente, y esta vez votando también a favor los senadores vascos, se aprobó una enmienda de Bosque Hita por la que se precisa, en el artículo 3, que sólo los que hayan sufrido perjuicios «directos» durante los estados de alarma, excepción o sitio tendrán derecho a ser indemnizados por la Administración.

Como había ocurrido en el Congreso y la comisión del Senado, fueron rechazadas las enmiendas de los senadores vascos, apoyados por el resto de la oposición, para dar competencia en esta ley a los Gobiernos de las comunidades autónomas y establecer que los registros domiciliarios nocturnos sólo se hagan en caso de urgente y grave necesidad.

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