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Reportaje:

El ingreso en la CEE, seria amenaza para el comercio de Ceuta y Melilla

Intimamente ligada en la subsistencia económica al protectorado de Marruecos, a Ceuta, tras la independencia de este país, le fue otorgada, junto con Melilla, la ley de Bases de Régimen Económico y Financiero de Ceuta y Melilla, de 22 de diciembre de 1955, que organiza la actividad económica en ambas ciudades. En estos veintiséis años transcurridos desde su promulgación, muchas han sido las voces que se han alzado exigiendo un desarrollo de esta ley de Bases, que en sus dos bases primeras señala los cauces para profundizar en su estructuración. E incluso existen algunas agrupaciones políticas que observan en esta ley el verdadero sustento de la futura autonomía ceutí. «Dada la peculiarísima estructura de Ceuta y Melilla para convertirse en comunidades autónomas», asegura el secretario general de APC, partido encuadrado en la federación de Alianza Popular, Adolfo Espí Valero, «nuestras miras deben ir hacia un desarrollo eficiente de la legislación existente, que hasta hoy día no se ha realizado».En el período que fue desde el año 1956 hasta tres años después existían una serie de mercancías nacionales que necesitaban incluso de un permiso de exportación para enviarlas de la Península y Baleares a una de estas ciudades. Pero, una vez roto el denominado sistema autárquico en toda España, se dan una serie de cambios en la regulación de corrientes comerciales en Ceuta y Melilla. Lo que hoy día priva en la economía ceutí es el comercio y, en un tono algo más bajo, el puerto. La industria es prácticamente inexistente, a pesar de que se ofrecieron ventajas fiscales en la ley de Bases de 1955, pero los gastos del transporte encarecen la mercancía a enviar; de ahí que prácticamente no se haya desarrollado este sector. En cuanto al denominado sector primario, tan sólo la pesca posee en la actualidad algún atractivo, aunque ha ido en franca decadencia.

Según un estudio realizado por la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación, tres son las causas de este descenso. Por un lado, el aumento de las aguas territo riales de Marruecos, el que Ceuta es un centro consumidor de pesca do bastante pequeño y que en lonja de Algeciras existen mejores cotizaciones.

En cuanto al comercio, las importaciones alcanzaron en el año 1979 más de 22.000 millones de pesetas, sumando tanto las realizadas desde la Península y Baleare como desde el extranjero. Induda blemente, la mayor parte de ellas no se destinan al consumo local, sino que se venden posteriormente a visitantes de fuera.

En cuanto a los compradores, aquellos que vienen de la Península adquieren en su mayoría los productos extranjeros, mientras que los que cruzan la frontera marroquí se dirigen en gran cantidad a los nacionales. De ahí que, como todo tipo comercial, fluctúe aire decior de la oferta y la demanda, y si algún día ambos mercados se vieran cerrados o reducidos, su síntoma se ibaá dejar sentir en la débil estructura ceutí. Así, por un lado, se teme la apertura de la verja gibraltareña, que llevaría, según expertos, el flujo comercial hacia ,allí, aunque algunos economistas y funcionarios cualificados de la Administración han indicado que en relación al tráfico de mercancías con Gibraltar se pondrá en funcionamiento la legislación de las Naciones Unidas, que establece que para poder pasar productos de un lado a otro de la frontera se necesitarán al menos veinticuatro horas de estancia.

La otra salida del mercado ceutí atraviesa por grave crisis, ya que las autoridades marroquíes impusieron restricciones para la introducción en Marruecos de productos procedentes de Ceuta, lo que, sin duda, no deja de ser un arma política a utilizar con mayor presión en instantes que se requiera, aunque hay que dejar constancia de que estas mercancías se introducían en el vecino país sin las correspondientes licencias de exportación; de ahí que no existiera ningún tipo de control, aunque se calcule que las compras rozaban los 10.000 millones de pesetas.

Un libro titulado Ceuta y Melilla ante el Mercado Común sitúa la afluencia de viajeros desde la Península en una serie de factores entre los que se encuentra el fuerte aumento de las previsiones de divisas para importación de mercancías, los altos niveles de protección arancelaria y de impuestos indirectos en la Península y Baleares, lo que ha creado una diferencia de precios entre ellas y Ceuta y Melilla; el alto crecimiento de la renta en España, que ha incrementado la demanda potencial de estas mercancías; la facilidad en las comunicaciones marítimas de pasajeros en el estrecho, cierre de la frontera con Gibraltar y ausencias en otras líneas de inversión tan rentables como éstas, lo que ha originado el llamado «monocultivo del bazar» De ahí que se recibieran el año pasado más de tres millones de visitantes.

El puerto, segundo bastión de la economía ceutí, ha sufrido un descenso en cuanto a entrada de barcos, aunque ha existido un aumento en número de toneladas. Así, en el año 1979, frente a los 9.639 buques de 1978, sólo entraron en el puerto 8.828. En proporción contraria se sitúan las toneladas de registro bruto, pues si en 1978 fueron 23.300.000, un año después se alcanzaron los 24.500.000.

La integración de nuestro país en la Comunidad Económica Europea producirá algunas alteraciones específicas en las economías de Ceuta y Melilla. Así se producirá un descenso en el número de visitantes españoles, motivado por la paridad que entonces ofrecerán los productos. De ahí que diversos estudios realizados sobre la integración y sus repercusiones en estas ciudades aconsejan la creación de nuevas fuentes de riqueza no relacionadas con el comercio, que será, sin duda alguna, el gran perjudicado.

En ello adquiere suficiente importancia la urgencia de dotar a Ceuta de una infraestructura turística con la que no cuenta, que se apoyaría en el puerto. Pero las dificultades surgen desde el mismo momento en que las dificultades para construir son importantes, ya que un buen número de kilómetros cuadrados de la ciudad son considerados zona de defensa nacional y, por ello, con imposibilidad práctica de construir.

Cuatro posibilidades en la elección del sistema de integración

El punto central de la cuestión relacionada con la integración se centra en elegir entre la continuidad del régimen de territorio franco o ingresar en el sistema económico comunitario. Las posturas sé podrían resumir, según el estudio económico citado antes, en adoptar una postura de exclusión de la CEE, manteniendo siempre unas relaciones especiales con la Comunidad. Una segunda opción podría ser la integración en la CEE manteniendo las líneas básicas del régimen actual, que es una solución próxima a la adoptada por Gibraltar, lo que equivaldría a no entrar en la unión aduanera, no aplicar la política fiscal comuñitaria. Esta fórmula permitiría el mantenimiento de los actuales arbitrios de importación, que es la principal vía de ingresos del Ayuntamiento, consistiendo en el pago que va del 0% al 10% del valor de todas las mercancías que penetran en Ceuta. La tercera vía es una variación de la anterior, y consistiría en la aplicación de la política fiscal con bonificaciones en los tipos de gravamen del IVA y en los impuestos especiales del alcohol, tabaco y gasolina. Por último, la cuarta posibilidad es la incorporación a la unión aduanera, es decir, asumir la tarifa exterior común, así como el régimen de comercio exterior. Esto provocaría que el Ayuntamiento se viera privado de los recursos generados por el arbitrio de importación de niercaderías, teniendo que buscar nuevas fórmulas de financiación. La principal ventaja de esta opción sería que, al formar parte del territorio comunitario, ambas ciudades podrían convertirse en puntos de entrada y comercialización hacia la Comunidad de productos de los países limítrofes.

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