Moderado crecimiento de la Caixa en 1980

La Caja de Pensiones para la Vejez y Ahorros de Cataluña y Baleares, la Caixa, obtuvo en 1980 un beneficio, después de las dotaciones a previsión de fallidos y amortizaciones, de 5.200 millones de pesetas, de los que destinará unos 2.600 millones a la dotación de su Obra Benéfico Social (OBS).

El crecimiento de la Caixa, primera entidad de su sector, y quinta en el ranking de instituciones financieras de nuestro país, tras el Banesto, el Central, el Hispano y el Bilbao, ha sido de un discreto 12%, representativo de la desaceleración que ha experimentado el sector de cajas de ahorro en el último ejercicio.El resultado bruto del ejercicio de la Caixa superó los 9.000 millones de pesetas, de los que destinará unos 4.000 a amortizaciones y previsión de fallidos. La memoria de la entidad ha sido auditada y firmada por Arthur Andersen. El discreto crecimiento de la Caixa, en particular, y del sector ahorro, en general, fue justificado por el director general de la entidad, José Vilarasau Salat, en base a que no éstán dispuestos a competir en la captación de depósitos de clientes caros, ya que su repercusión sobre los operaciones de activo sería muy problemática, máxime cuando el 85% de los préstamos de la entidad de ahorro catalana son realizados a un plazo superior a tres años, y el 70% de ellos tienen un importe inferior a un millón.

Los logros de la Caixa en 1980 han sido, según José Vilarasau, la obtención de un mayor rendimiento en las operaciones activas, y la firme contención en la remuneración de los depósitos. Estas realidades se han visto acompañadas de una disminución de los productos de las comisiones.

La desaceleración en la demanda de crédito ha constituido un fenómeno que ha afectado a la Caja de Pensiones en los últimos seis meses de forma significativa. Su inversión bruta total asciende a 82.000 millones de pesetas, de los que un 50% se destina a créditos, un 30% a valores, y un 20% a inmuebles. Aproximadamente la mitad se realiza directamente a través de las oficinas, en préstamos a pequeña escala que no superan los dos millones de pesetas, correspondiendo la otra mitad a los créditos de montos superiores, que son aprobados en consejo. Ha sido precisamente esta segunda parte, y más condretamente los préstamos hipotecarios para la construcción de viviendas, los que más directamente se han visto afectados por la flexión de la demanda.

Para superar la situación actual, los responsables de la Caixa han diseñado una estrategia, que contempla tres puntos fundamentales: la ampliación del número de oficinas (cuenta en la actualidad con 703), la captación de los pequeños clientes, y la oferta de unos servicios cada vez más sofisticados.

Las reticencias manifestadas por la Caixa a colaborar en el Plan Nacional de Construcción de Viviendas fueron también matizadas por el director de la entidad, quien aseguró que se están manteniendo conversaciones dentro de un, clima de cordialidad, y que las pretensiones de la Caixa se centran en que los préstamos concedidos a estos efectos puedan ser englobados dentro de los coeficientes de préstamos de regulación especial, para cubrir los cuales cuentan con algunas dificultades.