Jacques Chirac se limitó a pedir a sus electores que se abstengan de votar al candidato socialista
El líder gaullista Jacques Chirac, que al finalizar la primera ronda de las presidenciales se había pronunciado sólo a título personal en favor del presidente candidato Valery Giscard d'Estaing, intervino ayer de nuevo públicamente. Chirac invitó a sus electores, no a votar por Giscard, sino a «no votar al candidato socialista François Mitterrand». A medida que se acerca el escrutinio definitivo, elpróximo día 10, la incertidumbre sobre el resultado final aumenta, a pesar de que los socialistas, tras el mano a mano televisado Giscard-Mitterrand, estiman que ha llegado su hora. Desde que fue eliminado, al término de la primera ronda de la campaña, Chirac se habla retirado definitivamente de la arena electoral, en espera de jugar su baza, es decir, el 18% del electorado que acredita al chiraquismo como a la tercera fuerza política del país.
El desarrollo de la campaña de la segunda vuelta no ha sido el esperado y, en estos momentos, la mayoría saliente teme realmente un triunfo de Mitterrand. Giscard fue el primero, días pasados, en solicitar públicamente una colaboración de Chirac, al reconocer su campaña positiva. Por fin, el alcalde de París parece haber sido sensibilizado también por el ambiente de mitterranismo, y, ayer, con su breve declaración, le echó una mano a Giscard.Chirac actuó en posición de fuerza y no ofreció un cheque en blanco. «Deseo que los electores, como yo, tomen conciencia del peligro que representaría para Francia la elección de Mitterrand». Anotó en el mismo sentido la «importancia de la unión de la mayoría y su ampliación», y «acuso recibo», dijo, de que Giscard ha prometido tener en cuenta «las aspiraciones de quienes me han votado a mí en la primera ronda».
Con estas tres frases, Chirac se ha clasificado para el futuro, ocurra lo que ocurra el domingo. En primer lugar, con su llamamiento puede favorecer a Giscard (se calcula que el 20% de su electorado no votará al presidente) y no podrá ser acusado de su eventual derrota el domingo. Si este último ganara, por el contrario, él habrá sido un artífice determinante, y el presidente-candidato tendría que contar con él. Por fin, respondiendo a Mitterrand, que en el debate de anteanoche se valió de la disidencia chiraquista para presentar una mayoría dividida, Chirac se coloca ya como jefe de la oposición si el candidato socialista llega al palacio del Elíseo.
A tres días del voto presidencial, los datos contradictorios, las informaciones confidenciales, los sondeos secretos, favorecen todas las hipótesis. Pero Mitterrand continúa manteniendo su figura de «elegido», y la intervención de Chirac confirmaría que el giscardismo se ve en peligro.
El mano a mano televisado no parece haber modificado significativamente el clima. La Prensa francesa de ayer no se atrevió a calificar a los dos contendientes, quizá por lo incierto del voto. Sólo la militante, o los dos bandos interesados, tomaron el partido que les convenía electoralmente. Hay que aferrarse a la Prensa extranjera, como New York Times, Herald Tribune o The Times, para leer valoraciones comprometidas, todas ellas en favor de Giscard. Un sondeo realizado ayer, pero confidencial, dice que Giscard fue más convincente, más competente y más sincero que su adversario, y que el 8% del electorado cambió su voto a causa de ese duelo. El 5,4% lo hizo en favor de Giscard. Todas las reservas son necesarias ante dichas evaluaciones.
Tres sondeos
Por otra parte circulan en París tres sondeos de opinión pública realizados durante los dos últimos días: dos dan ganador a Mitterrand, por el 51,5% y el 53%, respectivamente, y el tercero reelige a Giscard con el 53 %.
La reacción de los comunistas tras el sondeo no favorece a Mitterrand. El secretario general del PCF, Georges Marcháis, encontró una vez más al candidato socialista etéreo y sin respuestas a las cuestiones necesarias «para realizar el cambio». Por ello, Marcháis sospecha «que no se reunirán todas las fuerzas políticas» el domingo inmediato. Mitterrand, sin embargo, recibió ayer el apoyo público de la ex ministra de Giscard y periodista Françoise Giroud, y del cómico y ex candidato Coluche.
La Bolsa, a su vez, continúa contradiciendo los presagios antigiscardianos. Los valores ayer se mantuvieron, y el franco aumentó ligeramente.
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