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Dos atentados terroristas en Madrid y Barcelona

El terrorista herido en su enfrentamiento con la policía se encuentra en estado muy grave

El general González de Suso ingresó cadáver a las 9.35 horas en el Hospital Provincial a bordo de su coche oficial, conducido por su chófer, y al que había subido un médico. A la misma hora ingresó también el cuerpo sin vida del cabo de la Policía Nacional Ignacio García García, de veintiocho años de edad, seguido minutos después por los tres transeúntes que resultaron heridos durante el tiroteo.El último en ser ingresado en el centro hospitalario fue a las 9.50 horas, el presunto terrorista de los GRAPO Emilio Avelino Gómez Gómez, que los miembros del Cuerpo Superior de Policía presentes en el hospital reconocieron inmediatamente.

Antes de que fuese introducido en el quirófano para ser operado por el neurocirujano de guardia de una fractura interparietal con salida de masa encefálica provocada por una bala, dos inspectores de policía intentaron tomarle las huellas dactilares, a lo que el presunto terrorista se resistió, retirando varias veces los dedos de la tinta. Sólo una vez anestesiado lograron los inspectores su propósito.

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La Prensa y el general Suso

En una breve conferencia de Prensa celebrada en el centro hospitalario, el doctor José Luis Barros, director técnico del Hospital Provincial, calificó el estado de Avelino Gómez Gómez de «muy grave». Se cree que, en caso de que logre sobrevivir, sus facultades físicas y mentales quedarán seriamente dañadas.

A mediodía de ayer se personaron en el Hospital Provincial el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, del que el general asesinado fue un íntimo colaborador, el ministro de Defensa, Alberto Ollart, y el presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún.

Los militares presentes se negaron a que el cadáver del general González de Suso fuese preparado en el centro, solicitando su traslado al Hospital Militar Gómez Ulla, donde llegó a la una menos cuarto de ayer.

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Los tres peatones heridos en el tiroteo son Carmelo Vicente Rodríguez Castillo, de 32 años de edad, que se encuentra en un estado muy grave tras haberle sido extraída una bala del pulmón; María García Reino, de 66 años, cuyo estado es de pronostico grave tras haberle sido extraída una bala que provocó fractura de femur de la pierna derecha, y Epifanio Fernández Gómez, de 37 años, cuyo tobillo izquierdo fue rozado por una bala.

Interrogado por EL PAIS en su habitación del hospital, Epifanio Fernández declaró haber oído disparos cuando subía por la calle de Díaz Porlier (ex Hermanos Miralles), entre las calles de Alcalá y Goya. «Grité varias veces muy alto "¡Todos al suelo!", hasta tal punto que un policía nacional corrió hacia mí, pistola en mano, para preguntarme si pertenecía al cuerpo. Le dije que no y que me acababan de herir».

Epifanio Fernández, como la mayoría de los testigos presenciales, no puede narrar con precisión el desarrollo de los acontecimientos, dada la gran confusión que reinó. Sólo se acuerda de que después «un taxista se acercó al policía para decirle que su compañero había fallecido, y a éste se le congestionó el rostro». Paró un coche Renault 5 y pidió a sus ocupantes -un matrimonio joven- que llevasen al herido al hospital.

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