Amarga victoria (bis)
En medio del impresionante alud de testimonios de solidaridad ante la agresión de los poderes públicos sufrida por Diario 16 en la madrugada del jueves, se ha colado en EL PAÍS una malévola interpretación del origen y finalidad de la información publicada por este periódico.De acuerdo con tal versión, Diario 16 se habría prestado al juego intoxicativo de los golpistas al difundir las declaraciones de Tejero al juez. Haciendo gala de una alucinante osadía, incluso se llega a insinuar que el director y presidente de Europa Press hicieron de intermediarios en dicho tráfico.
Sólo la pretensión apriorística de hacer daño a este periódico, empañando su dura pugna de anteanoche con el vaho de las segundas intenciones, explica esta línea de análisis.
Diario 16 no ha publicado las declaraciones de Tejero al juez, sino un relato elaborado a partir de diversas fuentes, en el que tan sólo han figurado aquellos elementos que a la hora de editar la historia nos parecieron verosímiles. Ha sido otro periódico -precisamente EL PAÍS- el que ha difundido las mentiras de los golpistas, tratando de implicar en su trama a nuestra más alta institución. No vamos a criticarle por ello, pero que quede constancia de esta precisión.
Diario 16 no ha recibido de la agencia Europa Press -cuyo prestigio y rigor profesional trasciende -cualquier pirueta- ningún documento ni material informativo relacionado con «La conspiración». Un simple golpe de teléfono a uno de los dos medios hubiera bastado para rebatir esta descabellada hipótesis.
Si ayer titulábamos «Amarga victoria», aludiendo a la bochornosa sensación que nos quedaba iras haber sido maltratados por las autoridades, hoy hemos de insistir en el rótulo, refiriéndonos a la tristeza que produce el comprobar cómo ni siquiera en un momento así existe, a veces, la suficiente magnanimidad para archivar los celos profesionales y las viejas querellas privadas.
2 de mayo
