Sin discursos triunfalistas ni desfiles en Polonia
Sin pomposos discursos ni desfiles triunfalistas frente a las tribunas de honor de los dirigentes del partido, Polonia celebró ayer un Primero de Mayo diferente, bajo el signo de la renovación de los sindicatos.
Los máximos dirigentes del partido y del Estado, entre ellos el primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), Stanislaw Kania, el jefe del Gobierno, Wojciech Jaruzelski, y el presidente, Henryk Jablonski, marcharon, en la mañana de ayer, al frente de la manifestación del Primero de Mayo celebrada en Varsovia.
Junto a los dirigentes polacos iban los veteranos del movimlenlo obrero. Las calles estaban decoradas con banderas nacionales y estandartes de las diferentes organizaciones en lugar de las flores de papel y los globos empleados en anteriores ocasiones de la fiesta internacional de los trabajadores.
El cortejo depositó coronas de flores en la tumba del soldado desconocido y de los héroes de Varsovia.
En muchas de las iglesias del país y también al aire libre se celebraran misas dedicadas a San José Artesano, patrón de los irabajadores, en muchas de las cuales se pidió el restablecimiento del cardenal primado de Polonia, Stefan Wyszynski, cuyo estado de salud continúa siendo grave.
Por su parte, el sindicato libre Solidaridad, que celebró su primera fiesta del trabajo, organizó diferentes actividades culturales.
Para evitar situaciones de tensión, las ceremonias oficiales con ocasión del Primero de Mayo se han reducido a actos restringidos y los sindicatos decidieron a nivel local las actividades a emprender.
Solidaridad con la URSS
En el resto de los países del Este, la festividad del Primero de Mayo se desarrolló bajo el signo de la fidelidad a la Unión Soviética.Así, en Checoslovaquia, el jefe del Estado y del PC, Gustav Husak, reiteró ante la manifestación de trabajadores que su país «seguiría trabajando al lado de la URSS y demás naciones de la comunidad socialista».
De la misma manera, el primer secretario del Partido Socialista Obrero húngaro (PSOH, comunista), Janos Kadar, reafirmó en Budapest la absoluta fidelidad de los trabajadores de Hungría a las diversas propuestas de Moscú. En Bulgaria, el más firme aliado de la URSS en la comunidad euroriental, la festividad del Primero de Mayo se convirtió en un acto de culto a la personalidad del presidente de la nación y líder del PC búlgaro, Todor Yizkov.
En Rumanía, la ceremonia es tuvo presidida por el conductor Nicolae Ceaucescu, que aprovechó la pportunidad para insistir sobre la idea de la política internacional independiente de Rumanía, subrayando el apoyo de Bucarest al Tercer Mundo y a los países latinoamericanos.
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