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El general Juste, relevado del mando de la División Acorazada Brunete

El general José Juste Fernández, jefe de la División Acorazada (DAC) Brunete número 1, será relevado del mando en el próximo Consejo de Ministros, que tendrá lugar el día 8 de mayo, según trascendió a media tarde de ayer y posteriormente se confirmó a este periódico en fuentes oficiales del Ministerio de Defensa. Los primeros datos facilitados por las agencias informativas presentaban la destitución del general Juste como un simple relevo para pasar a otro destino por conveniencias del mando. Horas después se hacía constar que la medida podría estar relacionada con la intentona del golpe de Estado del 23 de febrero.Viene de primera página

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Por otra parte, se ha sabido que obra en poder del Gobierno una lista de 150 personalidades civiles que habrían tenido alguna relación con los intentos de los sediciosos. Gran parte de esta lista son personas no directamente implicadas en la preparación y realización del golpe de Estado, pero a las que el general Armada se había dirigido previamente y con las que algunos golpistas pensaban contar si hubieran triunfado.Anoche sonaba el nombre del general de división Francisco Carbonell como probable sustituto de la DAC Brunete, con sede en Madrid.Como reconoció el ministro de Defensa en su informe al Pleno del Congreso de los Diputados del 17 de marzo, los organizadores del golpe de Estado frustrado habían señalado a la Brunete el objetivo de ocupar los centros neurálgicos de la ciudad de Madrid, como hizo en Valencia la División Maestrazgo.

Informes confidenciales sobre estados de opinión, revelados por Diario 16 el pasado día 20, con las firmas de jefes que mandan grupos y regimientos integrados en la DAC Brunete, dejaban en claro que, antes de las cinco de la tarde del 23 de febrero, las unidades de la división habían recibido la orden, dada por el mando de la misma, de «salir a ocupar unos determinados objetivos en Madrid». Sólo una contraorden directa del jefe de la unidad, general Juste, ratificada posteriormente por el capitán general de la I Región Militar, Guillermo Quintana Lacaci, retuvo a los blindados en sus acuartelamientos.

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El general Juste cursó órdenes para que la Brunete ocupara los centros estratégicos de Madrid

En el Pleno del Congreso antes mencionado, el titular de Defensa, Alberto Oliart, informó que el general Juste había emprendido el día 23 viaje a Zaragoza para inspeccionar, en el campo de maniobras de San Gregorio, la realización del ejercicio Beta por tres batallones de carros y un grupo de artillería autopropulsada de la Brunete.El general Juste, según esta versión, en unión del jefe de Estado Mayor de la unidad, coronel José Ignacio San Martín, se detuvo a almorzar en Santa María de Huerta. El coronel llamó entonces al cuartel general de la división y habló con el comandante Pardo Zancada, jefe de la segunda sección (información), e informó al general de que debían regresar inmediatamente a Madrid, porque algo grave ocurría.

A su vuelta encuentran a los mandos reunidos con el general Torres Rojas, anterior jefe de la división, destituido el 24 de enero de 1980 por su participación en una intentona anterior, y escuchan una exposición del comandante Pardo Zancada, que cuenta su entrevista de la víspera en Valencia con el general Milans del Bosch y cuanto éste le había manifestado sobre un hecho de extraordinaria gravedad que se produciría a partir de las seis, y del que se tendría noticia por RTVE.

La exposición de Pardo Zancada concluía con la afirmación reiterada de que todo se desarrollaría de conformidad y a las órdenes del Rey. En garantía de lo dicho aseguraba que el general Armada se encontraría en el palacio de la Zarzuela a partir de las seis de la tarde.

El general Juste expuso, al parecer, algunas objeciones, pero no informó al capitán general de la I Región Militar y accedió a cursar las órdenes correspondientes a que se ha hecho referencia de ocupar los centros estratégicos de Madrid, como Televisión, emisoras de radio, periódicos y otros puntos.

La versión ministerial prosigue señalando que, conocido el asalto al Congreso por Tejero, el general Juste decide comprobar la presencia de Armada en la Zarzuela. A las 18.45 conecta con el secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fernández del Campo, quien le aclara que el general Alfonso Armada «no está ni se le espera». Sólo entonces procede a llamar por teléfono a su superior, el capitán general de la I Región, a quien todavía no había informado de las medidas adoptadas y de las órdenes cursadas a los efectivos de la Brunete. El teniente general Guillermo Quintana le ordenó inmediatamente que mantuviera todas las unidades en sus acuartelamientos, frustrando así la intervenciónLa agencia Europa Press indica que no se sabe si el general Juste tenía alguna noticia cierta de lo que se preparaba con anterioridad al 23 de febrero, y especula con la posibilidad de que esa sea la causa de su relevo al frente de la DAC Brunete. En un párrafo final de redacción confusa añade: «Se afirma también que en alguna reunión, llevada a efecto en el mes de enero por los participantes en la intentona de golpe de Estado del 23-F, se citaron algunos nombres de jefes militares que podrían conocer lo que se estaba preparando». Concluye así: «El hecho de que sea secreto el sumario instruido por el juez especial nombrado para el caso impide que se conozca con toda precisión la certeza o no de estos hechos relacionados con el 23-F y sus preparativos».Fuentes allegadas a algunos defensores de los procesados estiman que muy bien podrían los defensores argumentar en favor de sus patrocinados la cobertura que les proporciona el cumplimiento de órdenes que finalmente estaban dictadas por su jefe natural en aquella situación, el general Juste

El general Juste nació el 19 de marzo de 1918 y tiene, por tanto, 63 años, por lo que aún le podría restar un año en situación de actividad y mando de armas, ya que no se le otorgan posibilidades de ascenso. Ingresó en el Ejército en octubre de 1934. Procede del arma de Infantería y ha permanecido en la Brunete algo más de un año. Con este relevo, el Gobierno parece salir de la pasividad que se le venía reprochando incluso en medios militares, según estiman ciertos observadores.

Un cese en el Cesid

También ayer se supo la destitución del comandante José Luis Cortina de su puesto de jefe de los servicios operativos del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid). El cese se atribuye en círculos militares de toda solvencia a los frecuentes contactos que el citado jefe habría. mantenido con el teniente coronel Antonio Tejero mientras se preparaba el frustrado golpe del 23 de febrero pasado.

Informaciones filtradas de las declaraciones sumariales formuladas por Tejero subrayan la reiterada mención que habría hecho ante el juez especial de sus contactos con el comandante de Infantería y diplomado de Estado Mayor José Luis Cortina, relevante miembro del Cesid.

La noticia del cese de Cortina, facilitada ayer por Diario 16, no menciona que el comandante destituido haya sido todavía citado por el juez especial, designado para el caso del frustrado golpe de Estado, ni se tiene información alguna de que vaya a ser procesado.

El comandante José Luis Cortina, junto a otros oficiales, fue un activo colaborador de Manuel Fraga Iribarne en las postrimerías del franquismo, dentro de la sociedad Godsa, precursora de lo que llegaría a ser Alianza Popular. Con anterioridad, Cortina había formado parte del equipo que reunió en el Servicio Central de Documentación (Seced) el entonces comandante José Ignacio San Martín, bajo los auspicios del almirante Carrero Blanco, que ocupaba el Ministerio de la Presidencia.

En julio de 1975 los pasillos del hotel Atlántico, de La Coruña, servían de antesala al Consejo de Ministros, último que en aquella ciudad iba a presidir el general Franco. Estaban entonces pendientes algunas decisiones del Gobierno sobre los oficiales de la Unión Militar Democrática (UMD), detenidos semanas atrás en Madrid. El entonces capitán Cortina repartía su atención entre esas noticias, que le concernían como inicial defensor de uno de los implicados, el capitán Antonio García Márquez, y las reuniones con su jefe político, el embajador Fraga, en Perbes. Luego, al entrever las dificultades que para la obtención del diploma de Estado Mayor, cuyos estudios estaba cursando, podía suponer su condición de defensor, renunció a la misma.

El cese de Cortina en el Cesid se ha conocido una semana después de que el Boletín Oficial del Estado publicase el pasado día 22 un real decreto que potencia el ámbito de actuación y las competencias atribuidas a ese centro y le señala responsabilidades específicas «en cuanto interese al cumplimiento de las misiones que a las Fuerzas Armadas encomienda el artículo 8' de la Constitución».

En aquella ocasión (véase EL PAIS, 24-4-1981) se recordaba que desde el 17 de marzo último seguía pendiente el compromiso, aceptado por el ministro de Defensa, Alberto Oliart, ante el Pleno del Congreso de los Diputados de aquel día, de reestructurar los servicios de información y determinar las responsabilidades en que pudieran resultar incursos por el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero.

Dos días después, el 26 de abril, se publicaba la noticia de la destitución del teniente coronel Joaquín Pacheco de su cargo de jefe de la segunda sección de Estado Mayor de la III Región Militar, con sede en Valencia. Otros relevos en las segundas secciones de Estado Mayor, encargadas de la información, a las que corresponde buena parte de la responsabilidad de no haber detectado los preparativos del golpe abortado, podrían tener lugar en los próximos días, según estiman fuentes militares.

Como informó entonces EL PAIS, la reforma del decreto que ampara la existencia del Cesid no ha variado la exigencia de que a su frente se encuentre un oficial general. Ello rompió las expectativas creadas por el anterior titular de Defensa, que había anunciado la promoción de civiles a ese puesto y al de la Oficina de Prensa. La jefatura del Cesid se encuentra inexplicablemente vacante desde agosto de 1980.

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