"La posición de izquierda más coherente es la de la mayoría reformista"
Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista italiano, que está celebrando en Palermo su 42º Congreso Nacional, considerado por los observadores políticos como una nueva página en la historia de este partido, ha concedido en exclusiva para España esta entrevista al enviado especial de EL PAIS al congreso. Juan Arias habló con Craxi durante una pausa de los debates congresuales.
Pregunta. ¿Cuál ha sido para usted la mayor sorpresa de este congreso?Respuesta. Una sorpresa no interna, sino externa. Sabía que podía contar dentro del partido con la mayoría. Sin embargo, ha sido extraordinario el eco nacional e internacional que ha rodeado a nuestro congreso. Otra sorpresa ha sido la presencia simultánea de todos los líderes políticos italianos, cosa que no tiene precedentes en la historia de nuestra democracia.
P. Hay quien piensa que las reacciones y los aplausos a las intervenciones de izquierdas no corresponden a la posición real de la mayoría de los delegados.
R. En la sala hay 5.000 personas. Los delegados efectivos son sólo 350. Por tanto, hay que estar atentos cuando se valoran las reacciones de una platea que es libre. Por otra parte, nuestros delegados son hombres de izquierda. Y, desde mi punto de vista, la posición de izquierdas más coherente respecto a nuestras tradiciones es la de la mayoría reformista.
P. ¿Cómo explica usted la enorme atención que están demostrando los comunistas a este 42º Congreso socialista?
R. El tema de las relaciones con los socialistas es una cuestión abierta a la discusión en el interior del partido comunista. Nosotros estamos interesados por unas relaciones menos conflictivas y más constructivas entre socialistas y comunistas en Italia. La atención que el PCI ha demostrado por nuestro congreso es un hecho que nosotros lo hemos juzgado de manera positiva.
P. Mientras en su partido, contrariamente a lo que acaece en los demás partidos, han aumentado los que se inscriben en él, parece ser que la presencia de los jóvenes es todavía muy pequeña. ¿Qué propone el congreso para poner remedio a ello?
R. El nuestro es un partido joven, pero no jovencísimo. Está compuesto por elementos que están entre los veinticinco y los cuarenta años. El nuevo curso emprendido por nuestro partido deberá arraigarse más profundamente en las generaciones más jóvenes. Se conseguirá si continúa con coherencia el proceso renovación que hemos emprendido.
P. Se dice que los socialistas italianos han puesto punto final a su atávico complejo de inferioridad con los comunistas. ¿Es cierto?
R. Complejos de inferioridad ya no los tenemos hacia nadie. La nuestra es una formación política fuertemente autónoma, un partido de lucha y de movimiento. Hemos sido muchas veces acusados de agresividad excesiva, de falta de escrúpulos y hasta de aventurerismo. Lo cierto es que hemos reaccionado con fuerza a un largo período de decadencia y de crisis.
P. Su compañero Francesco de Martino le ha reprochado durante el congreso el hecho de que usted está buscando modelos de socialismo en el extranjero en vez de crear un modelo típicamente italiano ¿Cómo le va a responder?
R. Es una crítica superficial y equivocada. De esta cuestión he hablado largamente durante mi ponencia de introducción al congreso. Nuestro proceso de renovación ha ido acompañado por una reconstrucción de nuestra identidad, a través de una búsqueda de tradiciones nacionales y populares del socialismo italiano, que habían sido olvidadas. Lo mismo se puede decir de la ayuda de las diversas escuelas de pensamiento y de expenencias que habían sido arrinconadas. Para este esfuerzo cultural, histórico e ideológico alguien ha escrito incluso la obra Socialismo tricolor (los tres colores de la bandera nacional), es decir, un socialismo típicamente y genuinamente enraizado en las traiciones y realidades nacionales.
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