Los servicios de inteligencia militar amplían su ámbito de actuación

El ámbito de actuación y las competencias atribuidas al Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) ha sido ampliado, señalándole responsabilidades específicas «en cuanto interese al cumplimiento de las misiones que a las Fuerzas Armadas encomienda el artículo octavo de la Constitución», según el texto de un real-decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado del miércoles. El preámbulo de la citada disposición -que modifica el artículo veintiuno de otro real-decreto, el 2723/1977, de 2 de noviembre, por el que se estructuraba orgánica y funcionalmente el Ministerio de Defensa- aduce «que la experiencia acumulada desde esa fecha aconseja introducir determinadas modificaciones en su texto, por lo que se refiere al CESID.Bajo ese eufemismo de «la experiencia acumulada», los expertos estiman que se esconden razones más graves: el fracaso de los servicios de información, que tan palmariamente puso de manifiesto el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero último.

La nueva redacción del texto legal que ampara la existencia del CESID aporta pocas modificaciones. La más señalada es la extensión de su ámbito de actuación «a cuanto interese al cumplimiento de las misiones que a las Fuerzas Armadas encomienda el artículo octavo de la Constitución». A tenor de este precepto de nuestra ley de leyes: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra , la Armada y el Ejército del Aire , tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».

Cambio del texto

Quienes conocían la decidida determinación del anterior titular del departamento de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, de posibilitar el nombramiento de un civil para la dirección del CESID, dentro de un propósito más amplio que incluía también la presencia de otros civiles al frente, por ejemplo, de la oficina de Prensa, juzgan que la exigencia mantenida en él nuevo texto de que el puesto sea ocupado por un oficial general supone un claro y preocupante retroceso.El primer director del CESID fue el general José María Bourgón López-Dóriga, nombrado en noviembre de 1977 y cesado en junio de 1979. Su sustituto fue el general Gerardo Mariñas Romero, que ocupó el puesto desde agosto de 1979 hasta agosto de 1980. Desde entonces hay un segundo jefe en funciones, el coronel de Infantería de Marina Narciso Carreras Masa.

La estricta relación de fechas pone de manifiesto la escasa permanencia en el puesto de sus dos primeros titulares, cuya gestión fue en ocasiones cuestionada desde la opinión pública, por estimar que propendía al entrometimiento en la vida de personalidades de plena solvencia democrática, mientras desatendían otros comportamientos abiertamente involutivos. Al mismo tiempo, la indecisión para nombrar al nuevo jefe, pendiente desde hace casi un año, revela la desatención en que se encuentran cuestiones capitales de información e inteligencia por las que luego se paga el precio de las galaxias y las tejeradas, en opinión de los analistas.

El primitivo texto legal base del CESID le asignaba la asunción de aquellas competencias que, siendo propias de la defensa, venían siendo ejercidas por el Servicio de Documentación de la Presidencia del Gobierno (Seced), que entonces se extinguió. La creación del Seced fue obra del almirante Carrero, que lo puso bajo la dirección. del entonces comandante José Ignacio San Martín, ahora procesado por su participación en el 23-F como jefe de Estado Mayor de la División Acorazada Brunete.'

La ampliación del ámbito y de las competencias del CESID recibe sanción legal en el punto quinto de la disposición modificada, donde se añade que: «El CESID mantendrá una colaboración recíproca y actuará en coordinación con los órganos de información de la Junta de Jefes de Estado Mayor y con los restantes de la cadena de mando militar de los ejércitos, en lo que afecta a las misiones que a las Fuerzas Armadas asigna' la Constitución».

Más competencias

Al producirse esta modificación del CESID, que amplía su ámbito y competencias, se ha recordado que desde el 17 de marzo pasado está pendiente el compromiso del ministro de Defensa, Oliart, ante el Pleno del Congreso de los Diputados, de reestructurar los servicios de información y determinar las responsabilidades en que pudieran resultar incursos ante el frustrado golpe del 23 de febrero.Hasta la fecha no se tienen noticias de cambios en las segundas secciones del Estado Mayor Conjunto (Emacon), que apoya a la Junta de Jefes, ni en las de cada uno de los estados mayores de los respectivos ejércitos, ni en la del Estado Mayor de la Guardia Civil,cuyos efectivos nutrieron las filas sediciosas de Tejero, que tiene graduación de jefe en el citado instituto. A estas segundas secciones corresponde buena parte de la responsabilidad, de no haber detectado los preparativos del golpe abortado y, en todo caso, de no haber transmitido información alguna, si llegaron a obtenerla.

La pasividad gubernamental en este campo se juzga con indisimulada dureza por parte de los mandos de la cúpula militar que apostaron en las horas inciertas del 23 y 24 de febrero por la defensa de la Constitución.