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Hunosa entrega a los trabajadores el plan de reestructuración de la empresa

La dirección de Hunosa entregó ayer a la representación de los trabajadores su postura global sobre el plan de reconversión que se pretende aplicar en la empresa minera en el período 1981-1983. El objetivo prioritario de la empresa, fijado por la Administración en su día, es que al principio de 1984 el coste de la tonelada de carbón esté en 9.450 pesetas actuales, junto con el de que la minería a cielo abierto no genere pérdidas.

Para lograr estos fines, entre otros de menor importancia, la dirección de Hunosa propone en su plan global la jubilación obligatoria de todos los trabajadores cuya edad resultante sea de 65 o más años (la edad resultánte se halla multiplicando un coeficiente reductor que se aplica a cada trabajador en función de su puesto por los años de actividad en el citado puesto, a cuyo resultado se suma la edad real del productor).Si se aplicase esta medida al final del período 1981-1983 se jubilarían 619 trabajadores más de los previstos y se ampliaría el número de nuevas afiliaciones por parte de la empresa para cubrir esos puestos de trabajo, y supondría también un rejuvenecimiento de la plantilla.

La dirección también propone la desvinculación total de los talleres y de los economatos actuales. En el primer caso creando una sociedad filial en la que Hunosa tendría el 100% de la participación y los economatos se sujetarían a los que resultase de la negociación. Para ambos casos podrían crearse sendas comisiones mixtas que concluyeran su trabajo antes de julio de 1983.

Respecto a la productividad, la empresa está dispuesta, siempre según este plan global, a revisar el sistema de destajos, de tal manera que desaparezcan los topes y que, en 1983, el 65% de los picadores esté ya bajo el nuevo sistema. Igualmente propone en cuanto a la jornada laboral descansar todos los sábados del año -ahora se descansa poco más de veinte-, a cambio de un aumento- de la duración de la jornada laboral, que pase a ser de ocho horas diarias en el interior de las minas -ahora es .de siete-, a ocho horas veinticuatro minutos en el exterior y a ocho horas dieciocho minutos en la administración. Esta nueva jornada entraría en vigor en 1982 y si resultase, porque se cumplieran los objetivos de producción, se mantendría en el futuro.

El plan global no recoge una propuesta concreta de la empresa respecto a los aumentos salariales. Establece, sin embargo, tres puntos básicos de su actuación en este aspecto: la revisión salarial que se negocie será para todo el período 1981-1983, los aumentos irán muy ligados al cumplimiento de los objetivos y el crecimiento será moderado.

Compromisos de la Administración

La dirección de Hunosa ha subrayado que esta negociación desborda claramente los límites de un convenio colectivo. De llegarse a los compromisos deseados expuestos ayer por la empresa, la Administración, a través del Ministerio de Industria y del INI, adoptaría las medidas financieras y económicas precisas para que Hunosa sobreviva según su configuración actual.

Para ello se firmaría un contrato-programa entre la empresa y la Administración, en el que esta última se comprometería a ampliar el capital social, consolidar los créditos contraídos por la sociedad minera y garantizaría la realización de importantes inversiones.

Las negociaciones para el plan de reconversión se iniciaron el pasado 3 de marzo y han participado en ellas la representación de los trabajadores formada por CC OO y SOMA-UGT y asociaciones profesionales, por una parte, y la dirección de Hunosa, por otra.

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