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Escasos resultados en la Conferencia de Madrid tras diecisiete semanas de debates

Después de diecisiete semanas de debates y once más de trabajos preparatorios, los 35 Estados participantes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) no han conseguido llegar a acuerdos sustanciales ni redactar un párrafo del documento final. La reunión de Madrid se reanudará, pues, el próximo 5 de mayo, con perspectivas más bien oscuras y por un período indeterminado de tiempo.

Rebasada la fecha indicativa (5 de marzo) inicialmente prevista para poner término a la Conferencia de Madrid se ha franqueado también la barrera natural que fijaba en las vacaciones de Pascua el fin de esta reunión cumbre de la CSCE. Las sesiones pueden ahora prolongarse, en teoría, hasta el verano, y los más optimistas vaticinan un mínimo de seis semanas para la consecución de un acuerdo.El enrarecimiento de la situación internacional y la mayor conflictividad entre las dos superpotencias que se registra desde finales de 1979 son las causas básicas de la paralización de la CSCE, cuyo futuro es todavía incierto, y del deterioro del proceso de distensión.

La última sesión plenaria de la presente etapa de la reunión de Madrid, celebrada el pasado viernes, registró un endurecimiento de posturas en los dos bloques. Los occidentales insistieron en la importancia que deben tener los derechos humanos en el futuro documento final, y los países del Este reiteraron su interés por la convocatoria de una conferencia europea de desarme.

En un discurso muy duro, de tono idéntico al pronunciado unos días antes por el delegado británico, el embajador norteamericano, Max Kampelman, recordó a la Unión Soviética y sus aliados que cualquier progreso que se alcance en los temas de seguridad militar u otros deberá ir equilibrado con avances en materia de derechos humanos.

Por su parte, el jefe de la delegación soviética y viceministro de Asuntos Exteriores, Leónidas llichov, dijo el viernes en una conferencia de Prensa que su Gobierno quiere consolidar la distensión, para lo que considera fundamental una conferencia sobre la distensión militar y el desarme. «El derecho humano esencial es el derecho a la vida: es decir, al derecho a eliminar toda posibilidad de guerra», dijo el delegado soviético.

Documento final

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Como texto básico de discusión, los 35 Estados miembros de la CSCE cuentan con el borrador de documento final redactado trabajosamente por echo países neutrales y no alineados. El bloque del Este sostiene que el factor tiempo no es importante y que hay que conseguir un buen documento, mientras que los occidentales acusan al otro campo de tácticas dilatorias y hacen constantes llamadas para una mayor celeridad en los trabajos.Un rápido balance de lo poco avanzado hasta ahora muestra que se han conseguido acuerdos mínimos, como la conveniencia de convocar una conferencia europea de desarme, aunque sin concretar su carácter; se ha alcanzado un consenso inicial más importante en el tema de la lucha antiterrorista; se ha ampliado el ámbito de la cooperación técnica y científica entre los Estados participantes, y no se ha llegado prácticamente a nada en lo referente a seguridad militar y derechos humanos.

Para el embajador Javier Rupérez, jefe de la delegación española en la CSCE, el balance de la reunión de Madrid «no es optimista, pero tampoco muy pesimista». De hecho, la situación aparece mejor que estuvo en la reunión de Belgrado de 1977-1978, donde el único acuerdo que finalmente se obtuvo fue, en la práctica, la celebración de esta Conferencia de Madrid.

Por el momento, todos los participantes parecen decididos a que el proceso, de la CSCE, iniciado en 1975 en Heisinki, siga adelante. No ha habido amenazas de retirarse de la conferencia por parte de ningún, Estado.

Tras este entreacto de Pascua, cuando las delegaciones vuelvan al Palacio de Congresos de Madrid con instrucciones frescas de sus capitales respectivas, se presentará la última oportunidad para mantener vivo el espíritu de Helsinki o cerrar definitivamente el proceso de distensión.

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