Estrecho cerco

El cerco en torno al ex árbitro José Segrelles y al secretario técnico del Atlético de Madrid, Héctor Núñez, es cada vez más estrecho. Manuel Fandos, el denunciante de un intento de soborno, habla cada día con más seguridad, con mayor aporte de datos. Fandos afirma que es un fontanero muy experto. Según él, su Watergate particular es prueba concluyente.Segrelles y Héctor Núñez están en las cuerdas. Fandos les ha acorralado. Falta saber si efectivamente será capaz de darles el golpe que les encienda las bombillas en el cerebro o se le escaparán con una buena finta. Aquí sólo falta saber si Fandos ha visto fantasmas donde no los hay o si, efectivamente, se ha quedado con la sábana y las cadenas como prueba.

Para el Atlético los problemas no cesan. A Alfonso Cabeza, el Comité Jurisdiccional también quiere arrinconarle. Esta vez el golpe al doctor requerirá árnica. Su salida discreta podría consistir en que el castigo que le impusieran solamente le invalidara para los meses de verano, que es la farisaica solución que se da a veces en ciclismo en los casos de doping, es decir, se retira la licencia para el invierno, cuando no hay competición.

Alfonso Cabeza lo tiene muy mal. Se ha metido en una dinámica explosiva que puede llevarle al cese. De momento, ni siquiera el catedrático Cabrera Bazán quiere hacerse cargo de su defensa. Cabeza alardea de pruebas que no posee. Y encima hay gente que le jalea en lugar de aconsejarle más prudencia.