El presidente de los obispos españoles habla con Calvo Sotelo del viaje del Papa

Gabino Diaz Merchán y Vicente Enrique y Tarancón, presidente actual y ex presidente de la Conferencia Episcopal, respectivamente, se entrevistaron en la mañana de ayer durante una hora con el jefe del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo.

Horas antes de la entrevista se especulaba con la idea de que el motivo del encuentro fuera la carta colectiva de los obispos vascos. En medios oficiales no se ha facilitado, sin embargo, ningún dato sobre los temas que han sido abordados a lo largo de la entrevista. Las declaraciones de los prelados, por su parte, insistían en que se trataba fundamentalmente de una visita protocolaria, ya que todavía no se habían saludado el sucesor de¡ cardenal Tarancón, elegido al día siguiente de la asonada del coronel Tejero, y el nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo.También han hablado del viaje de Juan Pablo II a España, previsto para el próximo octubre. Aunque hasta tres meses antes del viaje no será reconocida pública y oficialmente la existencia del mismo, lo cierto es que ya hay una gran actividad en relación a las fechas e itinerarios. La doble condición del Papa, que es jefe de todos los católicos y, al mismo tiempo, jefe de un Estado, explica la confusión y el nerviosismo que la agitación en torno al Papa suscitan en círculos políticos. Al fin y al cabo el jefe del Estado Vaticano será, invitado por el jefe del Estado Español. A esto debía referirse el cardenal Tarancón cuando comentaba al salir de la entrevista que habían hablado «de la visita del Papa a España para ponemos un poco de acuerdo y preparar las cosas». Alfonso Guerra, por su parte, decía hace un par de días, en Radio Nacional, que «cuando un jefe de Estado visita un país no se hace él el itinerario, sino teniendo en cuenta al anfitrión. No se pueden reunir 600.000 personas en Loyola sin saber previamente cómo asegurar el orden público».

El presidente de los obispos españoles negó que se hubiera tratado el tema de la pastoral de los obispos vascos, que ha provocado una protesta formal del Gobierno español ante la Santa Sede, llegándose incluso a decir que había puesto en entredicho el proyectado viaje del Papa a España. Todo parece indicar que se quiere desactivar la espectacularidad de la reacción inicial, con llamada del nuncio a la Moncloa inclusive.