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Haig dimitío varias veces al conocer el nombramiento de Bush para dirigir el comité de crisis de Washington

Alexander Haig, secretario de Estado norteamericano, presentó su dimisión ocho o nueve veces al conocer la decisión del presidente Ronald Reagan de nombrar responsable del comité de crisis al vicepresidente, George Bush, y no a él, según fuentes de la Casa Blanca citadas por la Prensa neoyorquina. De haberse producido en firme su dimisión, los principales consejeros de Reagan la habrían aceptado, según las mismas fuentes. Sin embargo, la crisis abierta a raíz del nombramiento de Bush parece cancelada. Haig manifestó ayer su total conformidad con la política internacional del plesidente Reagan, y añadió: «Ya es hora de ponerse a trabajar todos juntos en política exterior», frase que se interpreta como una aceptación abierta de los hechos.Mientras, se aleja el espectro de una crisis política abierta, gracias a la continuidad de Haig en su cargo. Pero fuentes de la Casa Blanca, citadas por el diario The New York Times, afirmaron que Haig había amenazado en ocho o nueve ocasiones con presentar su dimisión. Añadieron que, de producirse de nuevo la oferta, los principales consejeros políticos del presidente. (Edwin Heesse, James Baker y Michael Deaver) la aceptarían.

Pasadas las primeras horas, momento en que Haig estaba «loco de furia», según fuentes del Departamento de Estado citadas por la cadena de televisión CBS, el secretario de Estado, Alexander Haig, aludió por vez primera al tema durante una alocución ante el subcomité senatorial de Relaciones Extenores. Frío y con gran aplomo, Haig señaló que «lo importante es que todos reconozcamos la sustancia de la política exterior norteamericana».

Es evidente que la responsabilidad de Haig queda menguada, al hacerse cargo del comité de crisis el vicepresidente, George Bush.

El vicepresidente norteamericano recordó en varias ocasiones que «no hay tensiones» con Haig. Repitió que es normal que sea el vicepresidente quien se ocupe del tema, como ocurre en el caso de ausencias del presidente Ronald Reagan de su puesto de mando en la Casa Blanca.

Las iniciativas fogosas y el lenguaje duro de Alexander Haig (ex general del Ejército, consejero del presidente Richard Nixon, ex comandante en jefe de la OTAN y hoy secretario de Estado) fueron los primeros aspectos que marcaron diferencias con el resto de consejeros políticos de Reagan. La gota de agua que desbordó el vaso cayó cuando, el pasado martes, Haig anunciaba ante el Congreso que no toleraría interferencias de otras personas en la definición de la política exterior estadounidense. La réplica de la Casa Blanca fue fulminante, nombrando al vicepresidente, George Bush, como responsable del comité de crisis.

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