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Un diputado laborista británico fue triple agente: para el KGB, el MI-5 y los checos

Andrés Ortega

Tom Driberg, diputado del ala izquierda del laborismo, fallecido en 1976 y que llegó a presidente de su partido, fue un triple agente al servicio del contraespionaje británico (MIS), del KGB soviético y de los checos. Estas son las últimas alegaciones que ayer hacía Chapman Pincher en el diario Daily Mail.

Con el caso de sir Roger Hollis, cabeza del MI5 y supuesto agente del KGB de 1956 a 1965, la realidad parece estar superando cualquier ficción. Según Pincher, cuyo libro De profesión, traidores se pondrá hoy a la venta, Tom Driberg, famoso por su homosexualidad, porporcionó al MI5 y al KGB información sobre las actividades sexuales de sus colegas diputados, a los que ofrecía su piso para estas aventuras, y sobre el funcionamiento interno del Partido Laborista y sus criptocomunístas.Tom Driberg murió en 1976, a los 71 años de edad. En 1975, el entonces primer ministro británico, Harold Wilson, hizo que la reina Isabel II de Inglaterra le nombrara lord Bradwell, nombramiento sobre el que insistió su amigo Michael Foot. Driberg había pertenecido al partido comunista británico y en 1942 entró como laborista en la Cámara de los Comunes. Tanto el MI5 como el KGB sabían que era un doble agente desde 1945, y ambas organizaciones le utilizaron para pasar falsa información al otro bando.

Driberg se escudó con el MI5 para protegerse de posibles escándalos, dada su homosexualidad. Pincher señala que el KGB tenía en su poder, entre otras fotografías, una del famoso espía Guy Burguess y Driberg en relación sexual en Moscú, cuando éste fue a la capital soviética, en 1956, para escribir un libro sobre Burguess, con el propósito de conseguir pruebas que impidieran a Burguess, según los deseos del MI5, regresar al Reino Unido.

El Daily Mail publicó también ayer una entrevista realizada en Washington con el norteamericano Michael Whitney Straight, que había sido reclutado en Cambridge en 1937 por Anthony Blunt, aunque Straight no estuvo nunca demasiado implicado en estas actividades prosoviéticas. En 1963 dijo lo que sabía a los servicios secretos norteamericanos, proporcionando una prueba concluyente de las actividades de Blunt.

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, hará hoy unas declaraciones sobre el caso.

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