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Condenados a muerte cuatro implicados en el fallido golpe mauritano

Los tenientes coroneles Abdelkader Uld Bah y Salem Uld Sidi y otros dos oficiales, miembros del comando que intentó el pasado día 16 hacerse con el control de varios edificios oficiales de la capital mauritana, en un fallido intento de golpe de Estado, fueron condenados ayer a la pena máxima por un tribunal militar de excepción reunido en una base militar cercana a Nuakchot.

Según se desprende del veredicto de ese tribunal, el número de implicados en el fallido golpe no excedería de nueve personas, lo cual concuerda con las versiones de medios diplomáticos occidentales, que hablaban de una docena de conjurados, todos ellos antiguos miembros del Ejército mauritano.Los dos jefes del comando, los citados Abdelkader y Salem y los tenientes Mustafá Niang y Dudu Seck, han sido condenados a muerte por habérseles reconocido culpables de los delitos de «alta traición», «deserción», «homicidio voluntario» e «inteligencia con el enemigo».

El tribunal militar condenó a trabajos forzados a perpetuidad a otros cinco miembros del comando asaltante: los cadetes Brahim Ely, Brahim Aidelha, Ismael Mohamed, Mohamed Labep y Yacub Ethfagha.

El presidente mauritano, Juna Uld Jaidalla, dispone de veinticuatro horas para pronunciarse sobre la solicitud de gracia presentada por los abogados de los cuatro condenados a muerte. Sin embargo, todo parece indicar que por lo menos dos de ellos, los tenientes coroneles Abdelkader y Salem, serán ajusticiados.

El proceso de los conjurados se ha desarrollado, dentro del mayor de los secretos, en la base militar de Jreida, a unos quince kilómetros de Nuakchot. Durante el mismo, el teniente coronel Abdelkader recordó que se había exiliado en Marruecos el 17 de junio de 1979 para constituir un grupo de «oficiales libres» opuestos al régimen de Jaidalla.

Según la versión de los interrogatorios ofrecida por el Ministerio mauritano de Asuntos Exteriores en un comunicado oficial, el acusado reconoció ser el jefe del comando y afirmó que entre las personalidades marroquíes que conocían el compló se hallaban un consejero del rey Hassan II, Reda Guedira, y un antiguo embajador de Marruecos en Nuakchot, Ben Senussi.

Marruecos ha rechazado toda implicación en el fallido golpe y ha puesto de relieve el número inverosímilmente limitado de los conjurados, que no se amoldaría a la importancia de su presunta misión de hacerse con el control de Nuakchot. Las autoridades marroquíes, por boca del ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Bucetta, quien participa actualmente en los trabajos del Consejo Ministerial de la Liga Arabe, en Túnez, han señalado también la coincidencia entre los acontecimientos de Nuakchot con el reciente voto promarroquí del Parlamento Europeo de Estrasburgo a propósito del conflicto del Sahara occidental.

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