Marchais enuncia en que condiciones los comunistas franceses votarán por Mitterrand

El Partido Comunista Francés (PCF), en términos solemnes, amenaza con no votar por el candidato socialista, François Mitterrand, en el caso de que este último, como se estima probable, se enfrentara al presidente y candidato, Valéry Giscard d'Estaing, en la segunda ronda de las presidenciales, el próximo día 10 de mayo Esta actitud favorecería la victoria de Giscard.

Las emisiones televisadas que a lo largo de este mes están presentando semanalmente a los cuatro candidatos de las fuerzas políticas más representativas hasta la fecha apenas desbordan el electoralismo en estado puro. ¿Por quién votaría usted si fulano ganara a zutano, o si usted mismo se enfrentara con mengano? A partir de cuestiones de este género, cada cual predica en funcion de los cálculos aritméticos que le permiten los 36 millones de electores potenciales que van a elegir un nuevo presidente.El candidato comunista, Marchais, clarificó el lunes la postura de su partido, no nueva, pero más draconiana aún para su teórico aliado, el partido socialista. En primer lugar, Marchais remachó que «nunca votaré por Giscard si este último se enfrenta a Mitterrand en la segunda vuelta». Pero acto seguido amenazó: «No me gustaría abstenerme».

Y, por fin, expuso las condiciones que le impone Mitterrand para que los electores comunistas voten por el candidato socialista: primero, el PCF debe conseguir un porcentaje de votos que le convenga (sin precisar) en la primera vuelta, con objeto de imponer el cambio, esencialmente económico, esto es, realizar desde el primer momento toda una serie de nacionalizaciones y adoptar por decreto las medidas sociales que esperan las clases trabajadoras.

Segundo, Mitterrand debe contar con ministros comunistas inmediatamente antes de disolver la Asamblea Nacional.

Tercero, en caso de que no obrara así, el posible presidente Mitterrand debe recordar «que en 1936 los obreros consiguieron las mejoras sociales con huelgas y ocupaciones, de fábricas».

Esta actitud del PCF dificulta más aún las posibilidades de victoria del candidato socialista. Su eventual elección, el próximo día 10 de mayo, está sujeta a dos hechos ineludibles: que todo el electorado comunista le ofrezca su sufragio y que una fracción del gaullismo o de los moderados, «harto del giscardismo», le voten igual mente. Las declaraciones de Marchais ejercerán una influencia en el primero y pueden espantar a los segundos.