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Reportaje:

Más de la mitad del Petróleo soviético se extrae de los campos helados de Tiumén, en Siberia occidental

La región de Tiumén, antiguo lugar de destierro, cubierto por el hielo casi diez meses al año, es hoy un centro clave para la economía soviética. En esta zona siberiana, cuatro veces España en extensión, se extrae más de la mitad del petróleo que produce la URSS. Nuestro corresponsal en Moscú recorrió recientemente las espectaculares instalaciones, que permiten sacar más de noventa toneladas diarias de cada uno de los pozos. Según, el actual plan quinquenal, próximamente se instalarán en la zona empresas de alto consumo de energía, a fin de disminuir los gastos derivados del transporte

«Tienen ustedes suerte. La temperatura comienza a subir. Esta semana, los niños no pudieron ir a la escuela. El termómetro pasó los treinta bajo cero», nos han dicho al llegar. En Tiumén -al igual que en Moscú- se comenta que este invierno está siendo demasiado benéfico. Aquí este año no se ha llegado a los cincuenta grados centígrados bajo cero.Más de medio millón de personas ha ido viniendo a esta ciudad de aluvión, que hace dos décadas era poco más que una aldea. De aquellos tiempos han quedado las chatas casas de madera, pintadas de verde y ocre y con los marcos de las ventanas labrados en formas barrocas.

El nuevo Tiumén de las grandes casas prefabricadas -tan iguales en todos los rincones de la Unión Soviética- comenzó a nacer con la «fiebre del petróleo ».

La historia dé Tiumén difiere poco de las demás ciudades siberianas. Este ha sido un lugar de destierro. Así lo testimonia el pequeño museo que corona la colina desde la que se domina la ciudad, y junto a la cual, los pioneros, armados con kalachnicov, montan guardia en el vecino monumento a los caídos en la segunda guerra mundial.

Una pequeña iglesia católica, construida a finales del siglo pasado, recuerda la época en que Tiumén albergaba el destierro de un grupo de revolucionarios polacos adversarios del zar.

En 1903 se conoció, por vez primera la existencia de petróleo en la zona. Pero aún pasarían cincuenta años más antes de que comenzaran las, perforaciones. Hoy, de la región de Tiumén (que tiene cuatro veces más superficie que España) se extrae más de la mitad del petróleo que produce la URSS. La región parece prometedora. Hasta el momento sólo se ha estado trabajando el 5 % del territorio.

Según reconocen los responsables de las tareas petrolíferas, el problema mayor con el que se encuentran es la falta de mano de obra. Cierto es que las pagas son aquí el doble que en el resto del país, los obreros reciben condecoraciones oficiales con mayor generosidad, las tiendas están mejor abastecidas que en Moscú y no hay que aguardar tanto tiempo para poder comprar un coche. Pero la dureza del trabajo, las bajas temperaturas y el aislamiento sirven para disuadir a buena parte de los posibles voluntarios.

En Tiumén corre el dinero, pero no sobran los entretenimientos. «Tenemos veinte discotecas que funcionan los fines de semana» replica orgullosa Ludmila, una joven que trabaja en la Casa de la Cultura.

Mosaico soviético de razas

Hasta aquí han llegado para trabajar hombres y mujeres de todos los rincones de la URSS. Es difícil ver ya los rostros redondos y los ojos mongoles de los habitantes originarios de Siberia. Ucranianos, bielorrusos, centroasiáticos y bálticos compiten entre sí en la construcción de las nuevas ciudades que albergarán, más al Norte, a los trabajadores del petróleo que se ocupen de los más lejanos yacimientos.En el suelo de Siberia se encuentra el 75% de los recursos energéticos de la URSS, el 50% de los recursos minerales, más de la mitad de las reservas de madera, las tres cuartas partes de la riqueza acuática y más del 50% del potencial hidroeléctrico.

Pero toda esta riqueza se obtiene a unos costes muy altos. Los primeros yacimientos petrolíferos fueron también los más productivos y fáciles de explotar, pero, según se avanza hacia el Norte y hacia la Siberia oriental, las dificultades crecen. Cada año, durante nueve meses y medio, el suelo está cubierto por una espesa capa de hielo. El resto del tiempo, después del deshielo, todo se transforma en un inmenso pantano.

Este radical cambio en el paisaje que los sondeos, labores de extracción y construcción de carreteras y ferrocarril se conviertan en un trabajo de titanes. Se han diseñado nuevos y gigantescos vehículos que logran adaptarse al terreno con casi la misma facilidad que las tradicionales troikas de renos. «Aquí utilizamos el mejor material que poseemos. Todas las nuevas técnicas se estrenan en Siberia», dice Nikolai Petrovich, ingeniero principal de la zona.

Hace quince años se produjo en Siberia occidental el primer millón de toneladas de petróleo. El pasado año se alcanzó una producción de 310 millones de toneladas y, según los planes, en 1985 se habrá llegado a una cantidad que oscilará entre 385 y 395 millones de toneladas.

Según el plan quinquenal, en los próximos cinco años se instalarán en la zona empresas de alto consumo de energía. Hasta el momento, la parte europea de la URSS consumía el 80% de la producción energética del país. Ahora, cuando la URSS ha optado -al igual que hiciera Occidente- por el ahorro, se trata de disminuir los gastos producidos por el transporte, llevando más al Este las factorías de mayor consumo.

También para los próximos cinco años se pretende aumentar la producción y utilización de gas natural. Hasta hace unos años, todo el gas que salía de la tierra cuando ésta era perforada en busca de petróleo era quemado sobre el terreno. Ahora se aprovecha el 80%, y en cinco años más se utilizará el ciento por ciento.

Los costes se multiplican

Según avanzan las explotaciones, los costes aumentan. Al norte de Siberia occidental cada metro de perforación cuesta el doble que en las cercanías de Tiumén. En la región se utilizan, según reconocen los responsables, tecnologías procedentes de Japón, Italia, Francia, Suiza, Finlandia y Alemania Occidental. El 87% de la maquinaria es importada.Oficialmente, se afirma que el embargo norteamericano que sucedió a la invasión soviética de Afganistán no ha afectado, en absoluto, a la marcha de los trabajos. Sin embargo, también se dice que el 57% del crudo se queda dentro de los pozos sin poder ser utilizado, cuando -utilizando técnicas más avanzadas- sólo se perdería el 35%.

Según fuentes económicas occidentales, el rendimiento de los yacimientos es decreciente: en 1975 se extraía de cada pozo 162 toneladas diarias de crudo, mientras el año pasado se obtuvieron sólo 90,6. «Sí, es cierto», reconoce Eugeni Yefremov, subdírector del Instituto de Investigaciones Petrolíferas de Tiumén. «En nuestros trabajos hemos comenzado por las mejores zonas y se ha continuado por las más pobres. Pero, aun así, 90,6 toneladas diarias por cada pozo es un promedio de producción muy alto a nivel mundial».

Los soviéticos tienen puestas todas sus esperanzas en la región. Las cosas, sin embargo, no son tan de fábula como se llegó a afirmar en algún momento.

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