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El teniente coronel herido en Bilbao se encuentra en coma profundo

Un disparo en la nuca, efectuado por una joven de unos veinticinco años, hirió gravísimamente ayer al teniente coronel Ramón Romeo Rotaeche, en un atentado terrorista registrado en Bilbao y que todas las fuerzas políticas vascas calificaron de «clara provocación al Ejército». Las características personales del militar herido, considerado como «muy liberal» tanto en los medios castrenses como entre sus numerosos amigos de Bilbao y Vitoria -ciudades donde transcurrió la mayor parte de su vida-, acentuaron la indignación producida por el atentado, primero contra un miembro del Ejército producido tras la intentona golpista del 23 de febrero. A última hora de la tarde de ayer se hizo público un parte médico anunciando que el herido estaba en coma profundo.

El teniente coronel Romeo Rotaeche, jefe de la zona de reclutamiento del Gobierno Militar de Vizcaya, había acudido a la misa de las 9.30 horas en la basílica de Begoña, cerca de su domicilio. Finalizado el acto religloso, dos jóvenes, chico y chica, que, según testigos presenciales, habían permanecido también en el interior del templo, abandonaron éste junto al militar. Apenas traspasado el umbral de la basílica, la chica sacó una pistola, efectuando un único disparo que alcanzó al teniente coronel en la nuca. Mientras el herido quedaba tendido en medio de un gran charco de sangre, los dos agresores emprendían la huida a pie en dirección a las calzadas de Begoña.Una ambulancia de la Cruz Roja que pasaba casualmente por el lugar condujo al teniente coronel a una clínica situada a apenas un centenar de metros de la basílica. En dicho centro médico se le efectuaron constantes transfusiones de sangre -hasta catorce litros- antes de procederse, a partir de las 11. 15 horas, a una delicadísima operación en la cabeza. Finalizada ésta, cerca ya de las tres de la tarde, el parte médico confirmó el estado gravísimo del herido, al que se apreciaron laceración cerebral y estallido de la bóveda craneal, con desgarros en las meninges y seno longitudinal superior. En la operación le fue extraído el proyectil, de calibre 9 corto, que se había alojado en el lóbulo frontal izquierdo.

Ramón Romeo Rotaeche, nacido en Burgos pero afincado en el País Vasco desde su juventud, tiene 52 años y es padre de seis hijos. Una de sus hijas, María Paz, fue avisada de lo ocurrido a media mañana, cuando asistía a clase -ayer no fue día festivo en el País Vasco- en la facultad de Ciencias Económicas de Bilbao.

Nada más conocerse la noticia del atentado, diversas autoridades civiles y militares acudieron al centro médico, donde esperaron a conocer el resultado de la operación, entre otros, los gobernadores civil y militar, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Luis María Retolaza, y el delegado general en la comunidad autónoma, Marcelino Oreja. Para hoy se espera la llegada a Bilbao del ministro de Defensa, Alberto Oliart.

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El teniente coronel Romeo recibió un tiro en la cabeza, disparado por una joven, cuando salía de la basílica de Begoña

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Se da la circunstancia de que la secretaria personal de este último es hermana del teniente coronel herido. Otra hermana trabaja en la oficina del consejero de Transportes del Gobierno vasco, José Luis Robles. Tanto el presidente Leopoldo Calvo Sotelo como el ministro del Interior Juan José Rosón, se mantuvieron durante todo el día en permanente contacto con Bilbao, siguiendo la evolución del herido.

El atentado perpetrado ayer contra el teniente coronel Ramón Romeo se produce cuatro meses después del último contra un miembro de las Fuerzas Armadas, el coronel Luis Constante, en Zaragoza, y a veinticinco días del intento de golpe de Estado.

Un total de veintidós militares en activo muertos, de ellos tres soldados, es el resultado de los atentados terroristas cometidos en los últimos cuatro años contra miembros de las Fuerzas Armadas. Diecisiete de ellos fueron reivindicados por la rama militar de ETA, y los cinco restantes fueron atribuidos a miembros de los GRAPO. A ellos hay que añadir la muerte de cuatro militares retirados. Tres militares más resultaron heridos en otros atentados terroristas.

La ola de atentados terroristas contra miembros de las Fuerzas Armadas comenzó el 21 de julio de 1978, fecha en que el Pleno del Congreso aprobaba el texto constitucional. El general de brigada Juan Manuel Sánchez Ramos y su ayudante, el teniente coronel José Antonio Pérez Rodríguez, morían en atentado en la calle de Bristol, de Madrid.

Cuatro días después de la publicación de la Constitución en el Boletín Oficial del Estado, el 2 de enero de 1979, moría en San Sebastián el comandante José María Herrera, ayudante del gobernador militar de Guipúzcoa. Al día siguiente sufría la misma suerte el general de división Constantino Ortín Gil, gobernador militar de Madrid.

Los GRAPO reivindicaron la muerte del general de brigada Agustín Muñoz Vázquez, asesinado en la calle de Santa Engracia (antes Joaquín García Morato), de Madrid, el 5 de marzo de 1979.

El 25 de mayo del mismo año, un comando de ETA asesinó al teniente general Luis Gómez Hortigüela y a los coroneles de Infantería Jesús Avalos Jiménez y Agustín Laso Corral. El conductor del vehículo en el que viajaban los tres militares, Lorenzo Gómez Borrego, resultó también muerto.

El gobernador militar de San Sebastián, general Lorenzo González Vallés, fue asesinado a tiros por un comando de ETA el 23 de septiembre de 1979.

Un general, dos tenientes coroneles, dos comandantes y tres soldados de escolta fueron asesinados durante el pasado año.

Dos atentados en Madrid, contra el general Esquivias y el general Arturo Criado, en los meses de marzo y julio, respectivamente, acabaron con las vidas de sus soldados de escolta; el primer atentado fue reivindicado por ETAm, y el segundo fue atribuido a los GRAPO.

El 2 de septiembre fue asesinado a tiros en Barcelona el general de brigada del Cuerpo de Intendencia Enrique Briz Armengol. El soldado de escolta, Marcos Vidal, murió tres días más tarde. El atentado fue atribuido a los GRAPO.

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