100 nuevos puestos de trabajo en Hunosa a cambio del traslado de 85 picadores
La gerencia de la Hullera del Candín, de Hunosa, propuso a los representantes de los trabajadores la creación de unos cien nuevos puestos de trabajo a cambio de que los sindicatos acepten el traslado de 85 picadores a los pozos El Fondón, de Sama, y Candín, de La Felguera, pertenecientes ambos a la misma hullera, como consecuencia de haber alcanzado dos talleres del pozo Pumarabule, de Carbayín, la total mecanización con cepillos, de la capa horizontal, denominada fuente, cuyas reservas se evalúan en 1.860.000 toneladas brutas de carbón.Debido a las nuevas características del trabajo en esos dos talleres, los picadores, en vez de realizar su función específica de arrancar carbón, se dedican a otras labores, como el posteo metálico, ajenas a su categoría profesional, que podrían ser realizadas por otros trabajadores de inferior cualificación profesional.
Con el traslado de los picadores a los pozos El Fondón y Candín se conseguiría mantener la producción de los dos talleres, que bordea actualmente las 1.200 toneladas brutas al día; se incrementaría la producción total de la hullera en unas 415 toneladas diarias; se reducirían los costes de extracción en los talleres mecanizados y los actuales puestos de los picadores serían ocupados por personal especialista en electricidad o mecánica y por ayudantes mineros Por otra parte, la dedicación de los 85 picadores a su función específica obligaría a la empresa a recurrir a la admisión de algunos nuevos ayudantes en Candín y El Fondón.
La gerencia de la hullera propone que sean trasladados los picadores que viven en Gijón o en zonas desde las cuales el desplazamientos a los nuevos destinos resulte más cómodo que el actual, puesto que los accesos a Pumarabule son más difíciles.
Esta propuesta de la dirección ha sido hecha al margen del plan de reconversión de la sociedad hullera, con el que precisamente se pretende incrementar la productividad a partir del cambio de sistema de destajos, de forma que el tope máximo del incentivo desaparezca, para motivar la producción de los picadores, que actualmente tiene un techo de 1.600 pesetas diarias.
La gerencia del Candín y las centrales sindicales mantienen conversaciones al respecto desde el pasado mes de julio, sin que se haya producido aún un acuerdo.
