El nuevo terminal nacional del aeropuerto de Barajas garantizará el servicio hasta el año 2000

Las obras de reestructuración del edificio terminal nacional del aeropuerto de Barajas estarán terminadas en el mes de junio del próximo año, antes del comienzo del Campeonato Mundial de Fútbol, según informó Florentino Pérez, director general de Infraestructura del Transporte. Las obras, valoradas en más de 5.000 millones de pesetas, no sólo permitirán atender a las demandas que este acontecimiento deportivo conlleve, sino que quedará asegurado el servicio aéreo nacional hasta el año 2000, cuando el número de pasajeros alcance la cifra de cuarenta millones al año, cuatro veces más que en la actualidad.

Tras la apertura del nuevo terminal internacional, se hizo más notoria la necesidad de abordar la reestructuración o la creación de un nuevo terminal nacional, ya que el existente se había quedado pequeño para los más de diez millones de pasajeros anuales que se contabilizaron en 1979.Las posibilidades eran bastante limitadas, ya que sólo se podía construir algo nuevo sobre el mismo terreno o remodelar el actual con las limitaciones que ello comportaba. Se acordó que derruir el edificio, bien lentamente, bien por voladuras controladas, suponía semiparalizar la actividad del terminal; otra solución era trasladar el terminal nacional al internacional, con lo que se vería afectado el servicio de todo el aeropuerto.

La solución más lenta y quizá la más cara, aunque también la que menos afectaría, era dividir las obras en dos fases. En la primera se ampliaría la mitad del terminal actual, se mejorarían los vestíbulos de entrada, se comunicaría el aparcamiento de vehículos y las salas de embarque con más de cien metros de aceras rodantes y se habilitarían diez salas de embarque, directamente conectadas con los aviones a través de pasarelas telescópicas.

Esta fase estará terminada a mediados de este año, a pesar de que en los planes originales se calculaba que finalizaría en diciembre.

A partir del próximo mes de junio, los accesos a las salas de embarque serán fáciles y rápidos, tanto desde el aparcamiento de vehículos como desde las entradas principales. Varias escaleras mecánicas o ascensores permitirán descender de nivel hasta la planta en la que se encontrarán las salas de embarque.

En la primera fase quedarán habilitadas asimismo diez salas de preembarque, a las que se sumarán otras siete cuando se realice la segunda fase de las obras.

Sala para minusválidos

Según las previsiones, cuatro de estas salas estarán dedicadas a puentes aéreos; una, a minusválidos; otra, a sala de autoridades, y el resto, para tráfico peninsular e insular.Además de la puerta principal existirán dos entradas laterales que, cuando el terminal esté en plena actividad, servirán para llegar directamente bien a puentes aéreos o a vuelos insulares, ya que, al parecer, el terminal quedará dividido orgánicamente por el destino de los vuelos.

Largos pasillos con tiendas, cafeterías, autoservicios y restaurantes ocuparán el resto del espacio útil, que, entre ambas fases, se verá aumentado en 20.000 metros cuadrados.

El embarque y desembarque se hará, en todos los casos posibles, a través de las pasarelas telescópicas que unirán las instalaciones con los aviones.

Un curioso y sofisticado sistema de control de puertas hará que los viajeros que desembarquen directamente sólo tengan un camino que recorrer: el que les conducirá a la planta inferior, en donde recogerán el equipaje.

También aquí se han intentado subsanar las deficiencias actuales. Por un lado, el aumento de aviones que podrán descargar directamente en las dieciséis salas de embarque y desembarque permitirá que los equipajes sean puestos con mayor rapidez en las cintas de recogida.

Estas cintas tendrán un indicador de la procedencia del vuelo, tanto en la zona de los empleados de la descarga como en la zona de recogida de equipajes. Asimismo, se tiene proyectado poner otro indicador electrónico en las puertas de salida, con objeto de señalar a los usuarios del aeropuerto por dónde van a salir los viajeros de un determinado vuelo.

Puesto de control

El nuevo terminal va a contar con un puesto de control desde el que se podrán ejecutar operaciones tales como la apertura y el cierre automático de las puertas, la detección de una avería en el sistema eléctrico, el control de seguridad de las Instalaciones o el control de incendios.La estructura de la terminal ha sido acondicionada para que soporte el fuego durante noventa minutos. Algunas zonas especiales, tales como los almacenes, contarán asimismo con un equipo contra incendios que actuará por detectores de humo a los siete minutos de producirse la alarma. Este tiempo permitirá evaluar al controlador, que tiene un circuito cerrado de televisión, la importancia del incendio y si es posible apagarlo manualmente.

Si no toma ninguna determinación, a los siete minutos, o antes si así lo decide el controlador, comenzará a salir nieve carbónica por las distintas bocas instaladas.

En caso de bomba o de cualquier desastre, el puesto de control conectaría el sistema antipánico. Todas las puertas del aeropuerto serían abiertas en tanto, a través del sistema megafónico, se cortaría el hilo musical y los anuncios de llegadas y salidas para dar una lista de instrucciones sobre el abandono del edificio.