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Abandonan Irán los misioneros británicos secuestrados

Andrés Ortega

Tras seis meses de cautividad en Irán, acusados de espionaje, tres misioneros británicos salieron ayer por fin de Teherán, acompañados de Terry Waite, enviado especial del arzobispo de Canterbury, quien, junto a la Embajada sueca en la capital iraní, ha desempeñado un papel muy activo en toda la operación.Los tres misioneros anglicanos son Jean Waddell, de 58 años de edad y antigua secretaria del obispo anglicano de Oriente Próximo, y el matrimonio John y Audrey Coleman, ambos de 57 años de edad, que hablan trabajado como misioneros en Irán durante 32 años. Los tres fueron acusados de trabajar para los servicios de espionaje de Estados Unidos, el Reino Unido e Israel. La acusación fue retirada, pues, según el régimen iraní, «se descubrió que las pruebas en su contra habían sido falsificadas».

Desde su arresto, en agosto del año pasado, hubo largas negociaciones entre el enviado especial del arzobispo de Canterbury y el régimen del ayatollah Jomeini. Un cuarto ciudadano británico, Andrew Pike, ejecutivo de la compañía de helicópteros holandesa-iraní, sigue retenido en Irán, pero esta «era una cuestión separada», según indicaron las autoridades iraníes a la Embajada sueca en Teherán, que se ocupa de los intereses británicos en Irán.

En los últimos días, los tres misioneros anglicanos habían intentado dos veces salir de Teherán, pero unos detalles técnicos se lo impidieron.

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