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GOLPE DE ESTADO

Milans del Bosch anuló las medidas de estado de excepción en Valencia a las seis de la mañana

Minutos después del mensaje del rey Juan Carlos, difundido por radio y televisión, en el que afirmaba que cualquier medida de carácter militar que hubiera de tomarse debería contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor, los contingentes militares que ocupaban la ciudad de Valencia, siguiendo instrucciones del teniente general Milans del Bosch, recibieron la orden de regresar a sus unidades de origen. Poco antes de las seis de la mañana, el capitán general de Valencia hacía público un nuevo comunicado en el que anulaba las disposiciones tomadas a primeras horas de la tarde y dejaba sin efecto las medidas de estado de excepción decretadas en la zona.

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A las 5.45 horas, la Capitanía General de la III Región Militar (Valencia) facilitó el siguiente comunicado:«Excelentísimo señor don Jaime Milans del Bosch y Ussía, teniente general del Ejército y capitán general de la III Región Militar, hago saber: que recibidas instrucciones dictadas por Su Majestad el Rey y garantizado el orden y seguridad ciudadana en el ámbito de esta región de mi mando, dispongo:

Quede sin efecto lo dispuesto en el manifiesto publicado con fecha de ayer, día 23 de febrero del presente año, desde el momento de la difusión de este comunicado.

Quiero agradecer a todas las autoridades, entidades, corporaciones, particulares y medios de comunicación social la colaboración prestada y la comprensión de los motivos que produjeron la decisión transmitida en mi anterior comunicado. Igualmente, y ante la imposibilidad de hacerlo personal e individualmente, quiero agradecer en nombre propio y en el de esta capitanía general cuantas adhesiones y ofrecimientos he recibido.

Al propio tiempo informo que las unidades militares seguirán adoptando el despliegue y medidas de seguridad pertinentes que les permita una pronta y eficaz actuación si fuera necesario para garantía de la paz, orden y seguridad ciudadana.

En todo momento, la intención de este mando ha sido, es el servicio a España, el respeto a la ley bajo el mando supremo de Su Majestad el Rey, cuya adhesión inquebrantable queda patente hoy más que nunca. ¡Viva el Rey! ¡Viva siempre España!».

A partir de las 0.30 horas de la madrugada, las emisoras valencianas dejaron de emitir el bando de Milans del Bosch por el que decretaba el estado de excepción y que fue emitido ininterrumpidamente desde que a las siete de la tarde un oficial del Ejército lo leyó por primera vez a través de La Voz de Castellón. Sin embargo, dos fuentes distintas de la Capitanía General de la III Región Militar confirmaron a EL PAIS, entre, la 1.30 y las 2 horas de la madrugada, la vigencia del bando. El comandante Silla -que actuó de portavoz- y el teniente coronel Pacheco coincidieron en afirmar la plena vigencia del estado de excepción decretado por el capitán general.

Este hecho contrasta con otras informaciones procedentes del País Valenciano, que indicaban que, después del mensaje de don Juan Carlos, el gobernador civil de la provincia había asumido las competencias que la autoridad militar se reservaba. Inmediatamente, el gobernador civil de Valencia convocó a la Junta de Seguridad, con lo que parece que los mandos de las fuerzas de seguridad del Estado se ponían a las órdenes de la autoridad civil, al igual que ha sucedido en el resto del país.

El capitán general de Valencia justificó la adopción de las medidas de excepción, que no fueron secundadas por ningún otro capitán general, en estos términos: «Ante los acontecimientos que se están desarrollando en estos momentos en la capital de España y el consiguiente vacío de poder, es mi deber garantizar el orden en la región a mi mando, en tanto se reciban las correspondientes instrucciones que dicte su Majestad el Rey». Estas palabras, que constituyen el inicio del bando de diez artículos que más abajo se publica íntegro, fueron leídas apenas media hora después de que los guardias civiles insurrectos asaltaran el Palacio del Congreso, lo que indica una actuación extraordinariamente diligente por parte del general Milans del Bosch.

El comunicado fue llevado directamente por oficiales del Ejército a los distintos medios de comunicación y algún director de periódico recibió la orden del capitán de Estado Mayor que le entregó el texto de que éste debía figurar en primera página.

Nada más difundirse la noticia por las emisoras de radio, la tensión se hizo notar en todo el País Valenciano, así como en Murcia y Albacete.

Las calles principales de Valencia entre ellas las de Peris y Valero, grandes vías y plazas, sobre todo la plaza del País Valenciano, permanecieron varias horas vigila das por fuertes contingentes mili tares, que incluían vehículos blindados y acorazados. Frente al Ayuntamiento y al Palacio de Correos se llegaron a instalar baterías antiaéreas. Soldados con metralletas se situaron sobre todo en las esquinas y llegaron a regular el tráfico. También se instalaron controles militares que exigían documentación a las personas que circulaban por la ciudad y que fue ron a menos, sobre todo después de las nueve de la noche, en que entró en vigor el toque de queda. En las tiendas se notó una evidente aglomeración de gente que pretendía hacerse con provisiones ante la incertidumbre de la situación. La situación de los valencianos fue mucho más confusa que en cualquier otro punto de España, ya que mientras allí se asistía a una ocupación militar se desconocía la forma en que se estaban desarrollando los acontecimientos.

La Universidad quedó vacía, y las sedes de los partidos fueron cerradas como medida precautoria. Este periódico tiene constancia de que los archivos de algunos partidos fueron retirados de las sedes.

La agencia Efe distribuyó una información a última hora de la tarde, que posteriormente anularía a todos los efectos sin explicar las azones, en la que se daba cuenta de que el general jefe de la Tercera Zona de la Guardia Civil, Antonio Hermosilla Bernardim, acudió a Capitanía General, inmediatamente después de conocerse el grave incidente ocurrió en el Congreso.

A su regreso al despacho de la Tercera Zona, el general Hermosilla dijo a Efe: «Me econtraba esta tarde en una reunión familiar, cuando tuve conocimiento de que algo estaba ocurriendo, Inmediatamente me trasladé a Capitanía General y me puse a las órdenes del capitán general, como jefe militar de la región».

A la hora de cerrar esta edición, las tres de la madrugada, las tropas se habían retirado totalmente de Valencia, y la Policía Nacional patrullaba la ciudad de Valencia. En el resto de las capitales de la III Región Militar, el Ejército no llegó a hacer acto de presencia.

El comunicado de Capitanía de la III Región Militar

El contenido del comunicado emitido por las emisoras de la III Región y firmado por el teniente general Milans del Bosch dice lo siguiente:

«Capitanía General de la III Región Militar. Excelentísimo don Jaime Milans del Bosch y Ussía, teniente general del Ejército y capitán general de la III Región Militar, hago saber, ante los acontecimientos que se están desarrollando en estos momentos en la capital de España y el consiguiente vacío de poder, es mi deber garantizar el orden en la región militar de mi mando hasta que se reciban las correspondientes instrucciones de Su Majestad el Rey. En consecuencia, dispongo:

- Artículo primero. Todo el personal afecto a los servicios públicos de interés civil queda militarizado, con los deberes y atribuciones que marca la ley.

- Artículo segundo. Se prohíbe el contacto con las unidades armadas por parte de la población civil. Dichas unidades repelerán sin intimidación ni aviso todas las agresiones que puedan sufrir con la máxima energía, igualmente repelerán agresiones contra edificios, establecimientos, vías de comunicación y transporte, servicios de agua, luz y electricidad, así como dependencias y almacenes de primera necesidad.

- Artículo tercero. Quedarán sometidos a la jurisdicción militar y tramitados por procedimiento sumarísimo todos los hechos comprendidos en el artículo anterior, así como los delitos de rebelión, sedición y atentado o resistencia a agentes de la autoridad, los de desacato, injuria, amenaza o menosprecio a todo el personal militar o militarizado que lleve distintivo de tal, cualquiera que lo realice, propague, incite o induzca; igualmente, los de tenencia ¡lícita de armas o cualquier otro objeto de agresión.

- Artículo cuarto. Quedan prohibidos los lock-out, huelgas.... se considera como sedición el abandono del trabajo, siendo principales responsables los dirigentes de sindicatos y asociaciones laborales.

- Artículo quinto. Quedan prohibidas todas las actividades públicas y privadas de todos los partidos políticos, prohibiéndose igualmente las reuniones superiores a cuatro personas, así como la utilización por los mismos de cualquier medio de comunicación social.

- Artículo sexto. Se establece el toque de queda desde las nueve de la noche a las siete de la mañana, pudiendo circular únicamente dos personas, como máximo, durante el citado plazo de tiempo por la vía pública y pernoctando todos los grupos familiares en sus respectivos domicilios.

- Artículo séptimo. Sólo podrán circular los vehículos y transportes públicos, así como los particulares debidamente autorizados. Permanecerán abiertas únicamente las estaciones de servicio y suministro de carburante que diariamente se señalen.

- Artículo octavo. Quedan suprimidas la totalidad de las actividades públicas y privadas de todos los partidos políticos.

- Artículo noveno. Todos los cuerpos de seguridad del Estado se mantendrán bajo mi autoridad.

- Artículo décimo. Igualmente, asumo el poder judicial, administrativo, tanto del ente autonómico o los provinciales y municipales.

- Artículo undécimo, Estas normas estarán en vigor el tiempo estrictamente necesario para recibir instrucciones de Su Majestad el Rey o de la superioridad.

Este bando surtirá efectos desde el momento de su publicación.

Por último, se espera la colaboración activa de todas las personas, patriotas, amantes del orden y de la paz, respecto de las instrucciones anteriormente expuestas.

Por todo ello termino con un fuerte ¡Viva el Rey! ¡Viva por siempre España!

Valencia, a 23 de febrero de 1981. El teniente general Jaime Milans del Bosch».

Este bando está rubricado por el propio autor del mismo, teniente general Milans del Bosch.

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