La Mafia italiana, supuesta implicada en la estafa del tomate a la CEE
La Mafia italiana puede haber estafado a la Comunidad Económica Europea entre 10.000 y 12.000 millones de pesetas. aprovechando los programas de ayuda a la industria conservera del Mezzogiorno (sur del país).El escándalo, conocido ya en medios comunitarios como «la fabulosa estafa del tomate», ha saltado a la Prensa con la detención en Italia de 81 personas acusadas de «asociación criminal» y «falsificación de documentos». La Comisión Europea se niega a admitir por ahora que ha sufrido pérdidas muy importantes, alegando que en los nueve casos «cerrados» hasta ahora por la judicatura italiana el Gobierno de Roma había suspendido ya la entrega de las cantidades establecidas por el Fondo Especial de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA). Parece indudable, sin embargo, que existen cientos de «casos» más y que en la gran mayoría de ellos los comunitarios han pagado inocentemente altísimas cantidades de dinero que iban a parar, limpias de impuestos, a los bolsillos de los jefes de la «camorra» napolitana.
Los mafiosos del Mezzogiorno parecen haber abandonado sus antiguos procedimientos y haberse convertido ahora en atentos lectores de los reglamentos de la CEE. La ocasión «de oro» llegó hace más de dos años, con la decisión comunitaria de aprobar un importante programa de ayuda a la depauperada industria del sur de Italia. La CEE pagaría un tanto por ciento sobre cada kilo de tomate que fuera destinado a conserva. Rápidamente se crearon varias sociedades «fantasmas» que compraban, por ejemplo, diez toneladas a los campesinos y les obligaban a firmar facturas por valor de cien. Luego, los «nuevos industriales» enviaban sus papeles a la Delegación de Industria y se pasaban a cobrar el «subsidio» sin mayores problemas. Hasta que un día alguien observó, atónito, el increíble aumento de la actividad industrial en el llamado «triángulo del tomate» y, más sorprende aún, la increíble productividad de unas tierras hasta entonces no muy generosas.
Las autoridades italianas advirtieron a sus colegas de la CEE y las ayudas «quedaron en suspenso». Pero había transcurrido un tiempo suficiente como para que el «timo FEOGA» hubiera dado unos excelentes resultados a sus protagonistas. Falta por saber aún, afirman molestos los «eurócratas» de Bruselas, cuántos funcionarios italianos pueden estar implicados, directa o indirectamente, en la «fabulosa estafa del tomate».
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