El próximo miércoles puede jurar el nuevo Gobierno
Leopoldo Calvo Sotelo podría presentar al Rey la lista de su Gobierno el martes, veinticuatro horas después de obtener la investidura como presidente en el Congreso de los Diputados, mediante la segunda votación, por mayoría simple, que prevé el artículo 99 de la Constitución. La jura de los nuevos ministros podría tener lugar al día siguiente, miércoles.La votación, por el procedimiento de llamamiento público de los diputados, ha sido fijada por el presidente del Congreso de los Diputados para las seis de la tarde de mañana, lunes. Concluida la misma, Landelino Lavilla se trasladará al palacio de la Zarzuela para dar cuenta del resultado previsto favorable al candidato Calvo Sotelo y refrendar allí el nombramiento del mismo como presidente del Gobierno, según establece el artículo 64 del vigente texto constitucional.
El nombramiento de Leopoldo Calvo Sotelo tendrá efecto legal desde el mismo día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, es decir, desde pasado mañana, martes. Antes de mediodía, en el palacio de la Zarzuela, el nuevo presidente del Gobierno prestará juramento ante don Juan Carlos, en una breve ceremonia donde el ministro de Justicia en funciones, Francisco Fernández Ordóñez, actuará como notario mayor del Reino.
Las últimas consultas para cerrar la lista del nuevo Gobierno podrían concluir a lo largo de esa misma jornada. En ese caso, tras la correspondiente propuesta, el Rey nombrará los miembros del nuevo Gobierno mediante un decreto que publicaría la Gaceta el mismo miércoles, si es que no surgen inconvenientes o dificultades de última hora que modifiquen las previsiones de esta agenda.
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Las elecciones al Parlamento gallego serán decisivas para la continuidad de Calvo Sotelo
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En el mismo, número del Boletín Oficial donde se inserten los decretos de nuevos nombramientos figurarán también los ceses de los actuales ministros y, en decreto separado, el del vicepresidente de Defensa y Seguridad, teniente General Manuel Gutiérrez Mellado. Con esa misma fecha se producirá la jura o promesa de los nuevos ministros en la Zarzuela.
De acuerdo con las afirmaciones reiteradas durante el debate de investidura, la primera reunión del Gabinete que forme Calvo Sotelo, cuya celebración tendrá lugar como muy tarde el viernes, revestirá gran importancia para conocer el destino de los proyectos de ley más presionados por los halcones de la derechización: divorcio, autonomía universitaria e incompatibilidades.
Medios políticos insisten en el propósito de Calvo Sotelo de configurar un Gabinete restringido, con nueve o doce ministros de Estado como máximo. Colaboradores muy allegados al actual candidato y seguro nuevo presidente consideran impracticable llevar a cabo de modo súbito la reforma administrativa que se requeriría para la conversión de los restantes departamentos en secretarías de Estado.
En consecuencia, estiman esos medios que el nuevo presidente optará por trabajar muy de cerca con un Gabinete restringido, sin perjuicio de reuniones algo más espaciadas y funcionales del plenario del Consejo de Ministros.
Las actuales carteras de Universidades e Investigación, Relaciones con la CEE y Función Pública podrían volver a integrarse en los ministerios de Educación, Asuntos Exteriores y Presidencia, tal vez bajo el amparo de una Secretaría de Estado en cada caso. Se asume como una hipótesis muy probable la desaparición de las dos vicepresidencias actuales para Defensa y Economía, respectivamente, y se afirma que el propio Calvo Sotelo ejercerá como presidente dé la Comisión Delegada de Asuntos Económicos.
Se cree saber que en círculos militares se apoya la designación del actual jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, teniente general Gabeiras, para ocupar la Vicepresidencia de Defensa, destinada en principio a desaparecer. En ese caso, al Estado Mayor llegaría el actual capitán general de Canarias, Jesús González del Yerro, uno de los hombres considerados más duros en el seno de la milicia.
El horizonte político del próximo nuevo presidente tiene ya marcada una fecha decisiva: la convocatoria de elecciones al Parlamento gallego, prevista en el Estatuto de Autonomía, ratificado el martes pasado por el Congreso de los Diputados. El Estatuto queda ahora sólo pendiente de recibir la segura aprobación del Senado y, en cuanto se publique en el Boletín Oficial, empezará a contar el plazo máximo de seis meses para la celebración de los comicios.
Antes del 1 de septiembre, según todos los cálculos, los gallegos tendrán una cita con las urnas. Ese era el momento que paladeaba de antemano el sector crítico de UCD para rematar su operación de derrocamiento al anterior presidente Adolfo Suárez, calculando una nueva derrota para los colores centristas.
Si el cambio producido en favor de Calvo Sotelo no alivia el negro pronóstico que aguarda a UCD en Galicia, las consecuencias pueden desencadenarse. Los grupos nacionalistas podrían estimar entonces conveniente provocar la convocatoria de elecciones generales, en las que serían probablemente los únicos beneficiarios, a costa, precisamente, de las dos primeras fuerzas políticas: centristas y socialistas. Para evitar el recurso a las urnas no se descarta que pudiera intentarse un acuerdo para finalizar la legislatura entre UCD y PSOE.
Respecto a la actitud del grupo catalanista de Roca, se insiste en que su interés por votar a Calvo Sotelo ofrece perspectivas de amplia colaboración. Y de Coalición Democrática se asegura que en conversaciones previas con UCD pretendía garantizar un pacto, con la obtención de dos carteras que habrían de ser entregadas a Juan Arespacochaga y Ramón Hermosilla.
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