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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La socialdemocracia alemana, un partido de la izquierda democrática.

Los pueblos de Europa se encuentran ante graves y grandes problemas: problemas de economía, de democracia, de paz. Están todos conviviendo, ningún pueblo puede esperar resolver su problema a ,costa de sus vecinos. Sin embargo, sabemos muy poco los unos de los otros.La opinión sobre mi partido, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), se extiende mucho más allá de los límites de la República Federal de Alemania. Esto es válido también para el juicio de nuestros compañeros socialistas del extranjero. Para algunos, el SPD ha abandonado el socialismo después del congreso de Bad Godesberg de 1959; para otros, social-democracia es casi una palabra, injuriosa. Algunos piensan que el SPD es un gran ejemplo cuyos éxitos suscitan admiración en la clase trabajadora.

Peter von Oertzen es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Hannover, miembro de la Ejecutiva Federal del Partido Socialdemócrata de la República Federal de Alemania y secretario federal de Formación

de Rafael Herrero, a partir de textos deJorge Díaz. Intérpretes: Ismael Abellán, Maribel Lázaro, Santiago Alvarez. Música original de Jerónimo Maesso, interpretada por J. Antonio Paniagua. Dirección de Rafael Herrero. Estreno: Centro Cultural de la Villa Madrid, sala segunda. 19-2-1981.

La realidad es menos simple y menos sonrosada: el SPD es un gran partido. Cuenta con alrededor de 950.000 militantes, repartidos en veintidós federaciones regionales y alrededor de 9.000 grupos locales. En 1979, los militantes del partido pagaron más de setenta millones de marcos como cuotas de afiliación.

Segundo, la parte más influyente de la organización del partido no es el Comité Ejecutivo central, sino las veintidós federaciones regionales. Tienen también cerca de dos tercios del conjunto de los militantes, Naturalmente, el presidente del partido, Willy Brandt, y el canciller federal, Helmut Sphmidt, gozan de gran prestigio en todo el partido. Pero su influencia dentro de la organización del partido no es ilimitada. Los delegados en las reuniones centrales del partido son elegidos por las federaciones regionales, y allí se adoptan importantes decisiones.

En tercer lugar, el SPD tiene una rigurosa organización democrática. Esta es una antigua tradición del SPD, que será fortalecida por una ley estatal sobre los partidos políticos, que garantiza el carácter democrático de la organización.

En cuarto lugar, en el SPD hay diversas y a veces contrapuestas opiniones y una permanente discusión política. No hay ninguna fracción política oficial dentro del partido; las diferentes corrientes políticas forman grupos que mantienen un contacto entre ellos y organizan reuniones políticas. Es muy frecuente que en las publicaciones del partido se discuta abiertamente sobre estas diferencias de opinión, y estas diversas tendencias están representadas en el comité ejecutivo.

En quinto lugar, es especialmente importante que las grandes organizaciones sindicales no están ligadas a ningún partido, pero, por ejemplo, en el principal sindicato, la Asociación Sindical Alemana, la mayoría de los dirigentes son militantes del SPD, pero políticamente son independientes. El partido puede discutir con ellos, puede darles consejos, pero no tiene ninguna autoridad política sobre ellos.

Un partido reformista

Esta diversidad y complejidad hace casi imposible definir el carácter político de la socialdemocracia alemana con unas simples frases. Es indiscutible que el SPD no es ningún partido revolucionario, sino un partido reformista: se esfuerza por lograr sus objetivos pausada y paulatinamente, por caminos pacíficos, tratando de convencer políticamente a las masas y a través de libres elecciones. democráticas. Sin embargo, no se diferencia de otros partidos socialistas europeos y tampoco de muchos partidos comunistas.

El objetivo del SPD, como se dice en su programa, una nueva y mejor organización die la sociedad, el socialismo democrático. El capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción y la economía de mercado no deben ser completamente eliminados, pero deben ser controlados democráticamente, poniéndolos al servicio del pueblo. Esta concepción está, con toda seguridad, en oposición teórica a la tradición del marxismo; el SPD no es ningún partido marxista; pero los partidos comunistas de España y de Italia tampoco quieren destruir el capitalismo, sino colaborar con él y mejorar la situación de la clase obrera. Las decisivas diferencias de opiniones dentro del SPD se encuentran en la praxis: la mayoría del partido se contenta con realizar una política dentro del marco del capitalismo, pero sirviendo los intereses de las masas populares (se debe considerar que el SPD en el Parlamento no tiene la mayoría y que por ello debe colaborar con el Partido liberal, que, naturalmente, repudia cualquier forma de socialismo).

Una fuerte minoría en el partido, y sobre todo en los sindicatos, desea imponer un fuerte control sobre la economía capitalista. Una minoría que acentúa siempre los viejos, objetivos socialistas del marxismo.

Pero esta división de fuerzas, naturalmente, puede cambiar si resulta qué la crisis del capitalismo lleva a una carga insoportable para la población trabajadora. O, dicho, de otra forma, la gran mayoría del SPD colabora con el capitalismo en tanto éste no obstaculice la construcción de un orden social justo (como dice el programa de Bad Godesber), pero el SPD no está casado con el capitalismo para la eternidad.

Protección de la OTAN

Otras dos actitudes que los observadores extranjeros a menudo les atienden son el riguroso rechazo del comunismo y una clara afirmación de la OTAN por parte del SPD. Ambas están ligadas recíprocamente. Para el SPD, socialismo significa libertad y fraternidad. Ninguna de ellas son posibles sin democracia. Como en la Unión Soviética. no hay ninguna democracia real, el comunismo allí imperante no tiene nada que ver con el socialismo real. Lo que separa a los alemanes de otros países europeos occidentales es que este llamado comunismo lo conocen no sólo de libros o de revistas, sino en la práctica. Veinte millones de nuestros conciudadanos, amigos y parientes, viven bajo este sistema del llamado comunismo y experimentan diariamente que hay menos bienestar y menos libertad que bajo el capitalismo. La gran mayoría del pueblo alemán desprecia y teme a la vez este comunismo y no quiere renunciar a la protección de la OTAN (no se debe olvidar que más de dos millones de habitantes de Berlín Occidental viven en Alemania Oriental y que deben su libertad a la protección de la OTAN). Sin embargo, lo que más teme el pueblo alemán es la guerra, y uno de los objetivos principales del SPD es luchar dentro de la OTAN por una distensión entre las grandes potencias y contra la carrera de armamentos.

Este objetivo sirve también a la ayuda socialdemócrata a los países no alineados y los movimientos de liberación del Tercer Mundo. No todos saben que el SPD ayuda al partido d e Robert Mugabe en Zimbabue, y al Frente Sandinista en Nicaragua, y al FDR en El Salvador. Pero, naturalmente, apoyamos al oprimido pueblo afgano y a los trabajadores polacos.

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