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Silencios de Calvo Sotelo sobre el divorcio, la cultura y la enseñanza

El candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, expuso ayer, ante el Pleno del Congreso de los Diputados, el programa político del Gabinete monocolor centrista que pretende formar. El signo derechista de su discurso, junto a las escasas ofertas autonómicas y la ausencia de proyectos en materia social, cultural y educativa, parecen asegurar que la investidura de Calvo Sotelo no se producirá en la primera votación -necesitaría 176 votos-, a juzgar por las declaraciones de los grupos parlamentarios, incluso los más afines.El discurso de Calvo Sotelo sólo fue interrumpido una vez por los aplausos, cuando el candidato a presidente del Gobierno expresó su homenaje, afecto y admiración a Adolfo Suárez. Poco después afirmó que gobernaría «en la continuidad», pero «sin la inercia de la continuación».

La izquierda registró la falta de sensibilidad social del candidato a presidente del Gobierno, mientras en materia exterior optaba claramente por la incorporación a la OTAN, identificando de forma confusa -como destacó el líder socialista Felipe González- esta decisión con «seguridad nacional y occidentalismo». Asimismo, se echó en falta la referencia a temas legislativos de tanto impacto popular como la regulación del divorcio y las incompatibilidades, y la ausencia de todo planteamiento educativo y cultural.

En cuanto a las zonas parlamentarias donde era previsible que Calvo Sotelo cosechara los votos que le faltan para completar la mayoría absoluta de la Cámara, tampoco las opiniones fueron favorables. Los nacionalistas vascos y catalanes, menos preocupados por los planteamientos económicos del candidato («su programa en este terreno no es objetable», señaló Miguel Roca), expresaron, en cambio, su disgusto por el programa en materia autonómica y de seguridad ciudadana, en los que, según Roca, «había resbalado intencionadamente». Por su parte, el Euskadi Buru Batzar, órgano de dirección del PNV, parece inclinarse hacia el voto negativo o, como máximo, hacia la abstención.

Por lo que se refiere a Coalición Democrática, el discurso de Calvo Sotelo sólo afianza un voto que ya tenía seguro, el de Alfonso Osorio, mientras que Manuel Fraga, aunque no pudo evitar manifestar que había estado a punto de levantarse varias veces y aplaudir, estimó inadmisible que no hubieran existido referencias a la familia y la educación, posición que en definitiva parece encubrir el disgusto de Fraga por la falta de un pacto de gobierno con su grupo.

Las primeras reacciones favorables corresponden al mundo empresarial y económico. En cambio, los sectores laborales ponían de manifiesto la contradicción entre la declaración de no interferir la negociación colectiva y el laudo dictado para Renfe.

Páginas 11, 12 y 13 Editorial en página 8

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