Hincar el diente
El día 23 de enero apareció en esta misma sección una carta firmada por el doctor Catarinéu, dentista, que me da pie para clarificar quién es el malo de la película (si existe tal) y contar algo más de la película misma, de cuya trama argumental los técnicos especialistas protésicos dentales somos coprotagonistas, aunque no aparezcamos en los carteles anunciadores.Como se manejan cifras muy concretas -aunque el doctor Catarineu se limita a una unidad de prótesis muy simple-, quiero, como protésico de laboratorio, desglosar ante la opinión pública las 5.500 pesetas que el protésico factura por una pieza de oro y resigna: de esta cantidad se deducen 3.000 pesetas del valor del oro,
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Hincar el diente
Viene de página 9 quinientas pesetas por distintos materiales empleados en la Confección y otras 250 pesetas por gas tos generales. Restan 1.750 pesetas que son el fruto, más o menos neto, de cuatro o cinco horas de manipulación artesanal . ¡Y así nos luce el pelo a los protésicos de laboratorio! En cuanto a todos los argumentos financieros, médicos, académicos, de espinazo doblado, de la responsabilidad clínica, los acepto plenamente.
Los protésicos no queremos enfrentarnos con los dentistas y no queremos crear aún más asperezas de las existentes entre dos profesiones que deben trabajar unidas. Lo que ocurre es« que los protésicos dentales debemos pregonar ante la opinión pública nuestra verdad, nuestra auténtica e insoslayable realidad. Y lo debemos hacer con pruebas objetivas, estadísticas y datos comparativos..., y es ahí donde surge inevitablemente la crispación del estamento odontoestomatológico, cuya suspicacia se genera ante el temor de perder algunas prerrogativas profesionales.
Al protésico dental, cuya economía de laboratorio baila al son de la oferta y la demanda de un sistema de economía libre de mercado, y cuya correlación entre ustedes y nosotros ha quedado bien patente en estas mismas páginas de EL PAÍS, con clarísima desventaja para nosotros, que tenemos un mercado sumamente restringido, con sólo los 4.000 clínicos dentales en ejercicio, no tenemos por qué fiscalizar o, valorar honorarios que no sean los propios. En todo caso deberían intervenir los poderes públicos para regular unos precios que pueden incidir negativamente en las cada vez más débiles economías de los españoles./ Vicepresidente de la Federación. Nacional de Asociaciones de Protésicos Dentales.
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