La posición inicial del PSOE es contraria a un acuerdo Gobierno-empresas-sindicatos y al ingreso en la OTAN

La actitud inicial del PSOE ante el debate de investidura es contraria a la aceptación de un acuerdo tripartito Gobierno-empresas-sindicatos, y también a la propuesta de un calendario para el ingreso de España en la OTAN, si ambas cuestiones son efectivamente incluidas en el discurso programático del candidato a presidente.La ejecutiva del PSOE estudió ayer su estrategia para este Pleno, así como las intervenciones a desarrollar en relación con la muerte de José Arregui, tanto en lo que se refiere al uso que se ha hecho de las medidas antiterroristas como en lo relativo a la asistencia de letrado al detenido. Ambos temas, instrumentados en torno a la interpelación presentada por el PSOE, serán desarrollados con carácter previo a la investidura, si finalmente se aprueba dedicar la sesión parlamentaria de hoy a las interpelaciones que distintos grupos han presentado en relación con la muerte de Arregui.

Por lo que se refiere a los temas de la investidura, los socialistas dudan de que se plantee un plazo concreto para el ingreso de España en dicha organización. No obstante, el vicesecretario del PSOE, Alfonso Guerra, afirma que la Administración Reagan está pidiendo una fecha al Gobierno español para el ingreso en la OTAN, y que la respuesta del PSOE sería promover la realización de un referéndum, si el nuevo Gobierno está decidido a ir adelante con esta cestión.

"La concertación exige presupuesto"

Sobre la eventual oferta de un acuerdo tripartito Gobierno-empresas-sindicatos, la ejecutiva del PSOE no parece, en principio, favorable a dar su aprobación. Según uno de sus miembros, Javier Solana, la dirección socialista ha propiciado la vía de la concertación durante bastante tiempo, sin resultados positivos. «Por tanto, esa oferta de acuerdo tripartito, hecha por personas que la han negado durante todos estos meses, que han sido responsables precisamente de la política económica del Gobierno anterior, no tiene la credibilidad necesaria».Al explicar el motivo de esta posición, el citado miembro de la ejecutiva del PSOE agregó, que, una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado para este año, cualquier oferta que se haga ahora en materia de empleo «carece de sentido, a menos que haya un compromiso de cambiar el Presupuesto del Estado. Lo que no puede admitirse es una mera oferta de palabras, cuando los hechos de muestran que las palabras no van paralelas con ellos. Nosotros criticamos ya el Presupuesto del Estado, en cuanto que no contemplaba posibilidad alguna de mejorar la situación de empleo a través del salario diferido y de otros conceptos que los socialistas hemos manejado durante este tiempo, y de poco vale que las mismas personas que negaban estos planteamientos pretendan ahora tener credibilidad para hacerlos».

Respecto a la ley de Divorcio, la actitud de la ejecutiva del PSOE es defender el proyecto actual como «ley de mínimos», si bien consideran muy probable que el Gobierno resultante de la crisis trate de recortarlo, «con lo cual quedará claro que aquí se han acabado las reformas: en los tres últimos años hemos hecho una Constitución, un poco de cambio fiscal, y se acabó. A partir de ahora, nos tememos que el único mensaje del Ejecutivo sea: vamos a administrar lo que hay». Javier Solana añade que, a su juicio, la derecha «ha tocado techo» en su capacidad de hacer reformas, y, en su opinión, este será el mensaje que probablemente recibirá el país.