El Comité Ejecutivo de UCD aprobó por unanimidad el programa de Leopoldo Calvo Sotelo

El candidato a presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, expuso ayer ante el Comité Ejecutivo de UCD las líneas generales del discurso que presentará mañana ante el Congreso para el debate de investidura. El programa de Calvo Sotelo, que ha sido calificado de liberal, conservador y decididamente occidentalista por fuentes del ejecutivo, fue apoyado de forma unánime y plena por la dirección centrista, según afirmó el presidente del partido, Agustín Rodríguez Sahagún. El candidato compareció ayer también ante el Grupo Parlamentario Centrista del Congreso.La reunión de la ejecutiva de UCD -primera que se celebra tras el congreso de Palma de Mallorca- contó con la ausencia de Adolfo Suárez, que estaba indispuesto, según se explicó. La sesión duró unas dos horas y media y, en su primera parte, Calvo Sotelo hizo una exposición detallada de los contenidos de su programa, que fue apoyado de forma unánime porque toda la ejecutiva se reconoce plenamente en él, según Rodríguez Sahagún.

Otras fuentes de la dirección centrista han indicado que las propuestas programáticas de Calvo Sotelo se apartan considerablemente de la política que se venía haciendo hasta ahora, especialmente en materia económica, donde, a diferencia de lo expuesto por Suárez en el discurso de la moción de confianza, no se considera la inversión pública como instrumento principal de reactivación económica. En este sentido, las fuentes informantes calificaron el programa de «liberal-conservador».

El discurso del candidato se apoyará en tres o cuatro temas estratégicos más, entre ellos el de las autonomías. En este apartado sí parece que será ratificada la política anterior de generalización y extensión ordenada del modelo de Estado autonómico. Ello implica la reafirmación de Rodolfo Martín Villa como responsable gubernamental de este área.

Asimismo, el programa de Calvo Sotelo hará una opción clara por la integración plena en el mundo occidental, lo que implica terminar con la ambigüedad en cuanto a la adhesión de España a la OTAN, y, como corolario lógico, con las inclinaciones tercermundistas que hayan podido existir. Con la frase «se acabó Arafat en Madrid», definió la fuente informante esta posición.

El discurso de Calvo Sotelo no parece que vaya a detenerse especialmente en temas puntuales. Concretamente, Rodríguez Sahagún dijo que no se recogía ningún tema de disposiciones específicas al preguntarle si en la reunión de la ejecutiva se había tratado el tema de la ley de Divorcio. También dijo que el candidato había recogido algunas matizaciones, más que sugerencias, de las intervenciones que sobre su programa hicieron los miembros del comité ejecutivo. En la reunión también se analizó la situación de las negociaciones en cuanto a los apoyos que Calvo Sotelo puede obtener en el voto de investidura, así como la incidencia en este tema de la muerte del presunto etarra José Arregui. No obstante, el portavoz del ejecutivo guardó silencio total sobre el tema, en consonancia con el pacto de silencio establecido sobre el mismo, y en todo caso remitió a Calvo Sotelo para posible información.

Rodríguez Sahagún anunció también que será él mismo, como presidente del partido, quien llevará la voz de UCD en el debate de investidura. Justificó esta medida por la necesidad de que sea la cabeza del partido la que afronte el debate, aunque dijo que el portavoz parlamentario, Miguel Herrero, cuenta con toda su confianza y será su canal de comunicación con los diputados.

Amnistía para todos

Terminada la exposición de Calvo Sotelo, y ya sin su presencia, puesto que aún no es miembro del ejecutivo, éste se ocupó de temas internos del partido. Entre ellos destaca la formación de una ponencia para aplicar la amnistía a todos los sancionados de UCD cuyo caso esté pendiente de resolución definitiva. Ello afecta, ante todo, a la expulsión del diputado Enrique Sánchez de León y otros dirigentes de UCD de Badajoz, que en virtud de esta medida volverán al partido.

También se estudió la necesidad de cuidar la periodicidad de las reuniones del consejo político y el propio ejecutivo.