El alcalde de La Coruña responsabiliza a UCD y PSOE de la crisis municipal
El Ayuntamiento de La Coruña está gobernado desde abril de 1979 por una frágil mayoría de izquierdas y nacionalistas, fruto de los llamados pactos del hostal. Su alcalde, Domingo Merino, militante del Partido Socialista Galego (PSG), es el blanco principal sobre el que disparan la derecha y el PSOE, en una crisis que no acaba de resolverse. Mantuvo silencio durante muchos días. Ayer, decidió salir de su mutismo. En estas declaraciones concedidas a EL PAIS responsabiliza a centristas y socialistas, que han solicitado su dimisión, de imposibilitar el gobierno del municipio coruñés.
Pregunta. ¿Cuáles son las raíces de la crisis que atraviesa el Ayuntamiento de La Coruña?Respuesta. El Ayuntamiento está gobernado por una mayoría que es frágil no sólo por el número de sus componentes, sino por la ambigua posición del PSOE, que desde el primer momento demostró que tenía un pie en el Gobierno y otro en la oposición, y que llegó incluso al colmo de la indignidad política de presentar mociones con UCD sin comunicarlo a sus aliados. Desde el Gobierno central y desde la Junta de Galicia se desoyen cuantas peticiones formula el Ayuntamiento. Todo esto ha creado una sensación de frustración cuidadosamente alimentada y dirigida por UCD.
P. ¿Por qué se llegó a esa situación?
R. Desde el primer momento, el PSOE intentó capitalizar sus áreas de gestión y ejerció como alcalde en cada uno de los temas delegados. Presentaba como propia cualquier realización, sin la mínima solidaridad con el resto del gobierno municipal. Hemos transigido siempre, y renunciado a algunos planteamientos, para mantener esa precaria unidad de la izquierda, hasta que las cosas llegaron demasiado lejos y las contradicciones surgieron inevitables.
Las actuaciones de algún concejal del PSOE, ambicioso y sin escrúpulos, nos han situado en la tesitura de levantar la liebre del escándalo o mantener la unidad, y cándidamente escogimos la segunda alternativa. Esta ocasión se presentó con motivo de la discusión de las tarifas del transporte público, que fue el detonante para que el movimiento ciudadano se despegara de la ficción de izquierda que representaba el gobierno municipal de La Coruña.
P. ¿Cómo valora las críticas que han dirigido a su gestión UCD y PSOE?
R. UCD está tan desacreditada en La Coruña que corre el riesgo de desaparecer en unas próximas elecciones. Por tanto, es lógico que quieran quitarse de en medio a un alcalde que no renuncia a recordarles sus promesas incumplidas y denunciar sus cacicadas. El PSOE creo que ha sido arrastrado por su grupo municipal, y pienso que no ha medido la gravedad del paso dado. Su autonomismo es más que dudoso para todos los demócratas gallegos, y esto será un nuevo golpe para su ya escasa credibilidad.
P. ¿Planteará la dimisión que le exigen socialistas, centristas, y CD?
R. No voy a dimitir en base a escritos y comunicados. Voy a demostrar que yo sí respeto la institución, y voy a intentar que los demócratas sepan qué alternativa de gobierno nos espera. Desde el punto de vista institucional, yo creo que lo procedente es que se presente una moción de censura a debate y que se explique un programa alternativo. Yo no dimito porque de repente el PSOE haya decidido apoyar a la derecha.
P. ¿Qué solución puede haber entonces para sacar a La Coruña del grave colapso municipal que padece?
R. Ninguna, al margen del funcionamiento institucional, que yo respetaré y garantizaré al máximo. Pero no habrá solución tampoco fuera de la izquierda.
P. ¿Cómo piensa permanecer en su cargo en las actuales circunstancias?
R. Si la crisis se reconduce democráticamente, veremos cuál es el comportamiento político de los grupos de la izquierda.
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